El béisbol corre en la sangre de la familia Peña

El béisbol corre en la sangre de la familia Peña

TYLER KEPNER
New York Times. Los Reales de Kansas City viajan al Yankee Stadium el viernes, una proposición complicada para el coach de primera base Tony Peña. Su hijo, Tony Peña Jr., es el torpedero de los Reales. Todavía le falta mucho para poder igualar la longevidad de su padre, Tony Sr., quien cumple 51 años hoy y fue receptor de 1,950 partidos de 1980 a 1997.

El talento atlético es un asunto de familia. La madre de Tony Sr., Rosalía, fue jugador de softbol en su juventud.

¿Cuándo los Yanquis juegan contra los Reales, aplaudes a tu hijo?  Realmente uno no sabe qué hacer. Es como que hay que estar frío en la banca. Es difícil, porque no puedo aplaudir por él. Uno no sabe si quiere que él conecte hit o se haga out, es muy difícil.

¿Te afectó el cuerpo haber sido receptor de tantos juegos y todavía sientes algo de esos años detrás del plato? 
En realidad he tenido mucha suerte. No tengo problemas con mis piernas o mi brazo, nada malo. Todavía corro todos los días, gracias a Dios. Jugué por 18 años en las mayores, y jugué todo el año. Me tomaba un mes libre y luego me iba a la República Dominicana a jugar béisbol invernal, creo que eso me ayudó.

A veces jugabas con la pierna izquierda hacia fuera, para mantenerte siempre bajo. ¿Por qué nadie más hace eso?
A mi me dio resultado, pero recuerden, es una posición muy difícil, estar así con una sola rodilla. Tenía una gran flexibilidad y podía sacar el tiro desde ahí. Pero no le enseñaría eso a los jugadores jóvenes, porque le pone mucha presión a las caderas.

¿Te has acostumbrado a la nueva regla de que el coach de primera base tiene que usar casco? 
Sí, me acostumbré de una vez, porque he usado un casco toda mi carrera. Yo tenía una gorra cuando era pelotero, pero solo para tomarme fotos y cosas como esa.

¿Qué fue lo más cerca que estuviste de atrapar un juego sin hits?
Ocho entradas y un tercio. José De León, con los Piratas contra los Mets (el 31 de julio de 1983). Hubie Brooks lo rompió con un texano.

No jugaste béisbol en el colegio, pero tu madre era una jugador de softbol.  Jugábamos en todo el país, pero no era organizado como el béisbol escolar aquí en los Estados Unidos. Mi madre, aun cuando mis hijos hablan con ella, trata de darles consejos.

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