SALVADOR (Brasil) (EFE).- El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias, dijo ayer que esa institución apoyará las asociaciones entre gobiernos y empresas privadas en proyectos de saneamiento en los países latinoamericanos.

   «Podemos trabajar con los gobiernos de la región en la elaboración de esquemas de asociación público-privado que aceleren los procesos de inversión eficiente para aumentar la cobertura de esos servicios», dijo Iglesias en un seminario en la ciudad brasileña de Salvador.

   Iglesias participó en la apertura del seminario «Financiando Servicios de Agua y Alcantarillado en el Cono Sur: desafíos, opciones y límites», y discutió con autoridades brasileñas sobre la liberación de un crédito por 95,4 millones de dólares destinado al saneamiento básico.

   El dirigente del organismo multilateral aseguró que Latinoamérica necesita invertir cerca de 25.000 millones de dólares en obras para universalizar los servicios de abastecimiento de agua y recolección de aguas negras antes del 2025.

   Admitió que los gobiernos de la región no tienen capacidad para financiar esos costos, por lo que defendió las inversiones de empresas privadas en el sector, pese a que el saneamiento es poco atrayente como negocio.

   «Tenemos que ser conscientes de que ese volumen de inversión requiere un esfuerzo financiero enorme, que no puede salir del erario público sin amenazar la estabilidad económica de la región y, por lo tanto, su desarrollo», afirmó Iglesias.

   Según el presidente del Banco (BID), un «pacto social» entre el Gobierno y las empresas privadas permitirá que el sector de saneamiento reciba las inversiones necesarias universalizar los servicios.

   Dijo que, entre las metas del milenio acordadas por la ONU, Latinoamérica se comprometió a reducir por la mitad el déficit en los servicios de saneamiento hasta 2015 y a universalizar el acceso de acueducto y alcantarillado en 2025.

   Para Iglesias, ese «pacto social» necesitará tener como objetivo tres asuntos claves: la ampliación del acceso a los servicios, la imposición de tarifas más justas parta los consumidores y el aumento de las inversiones en el sector.

   Reconoció que uno de los mayores obstáculos para interesar a las empresas privadas es el valor de las tarifas, que muchas veces son subsidiadas y no consiguen ofrecer el retorno previsto.

   Dijo, por lo mismo, que la mejor solución no es ofrecer tales servicios en concesión a la iniciativa privada sino promover asociaciones entre el Gobierno y las empresas privadas.

   Sobre el crédito del BID por 95,4 millones de dólares para proyectos de saneamiento en Brasil, el ministro de las Ciudades, Olivio Dutra, aseguró que atenderá a la población más pobre.

   «Al final del mes, cuando cerremos las audiencias públicas en las que estamos discutiendo el proyecto de ley que reglamentará el saneamiento básico en Brasil, anunciaremos el acuerdo», dijo Dutra.

   «Los recursos del BID serán destinados a ciudades con entre 15.000 y 75.000 habitantes y que tienen los menores índices de desarrollo social», afirmó.

   Según los cálculos del Ministerio de las Ciudades, 43 millones de brasileños carecen del servicio de abastecimiento de agua.

   Dutra calificó como importante la intención del BID de apoyar las asociaciones público-privado para el saneamiento y recordó que el Congreso brasileño está estudiando un proyecto de ley enviado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y que prevé tal posibilidad.

   «El Gobierno considera importante la participación del sector privado en la inversión en varias áreas de infraestructura, inclusive el saneamiento», dijo.