El bienestar no está a la  venta, se construye… y se protege

<STRONG>El bienestar no está a la  venta, se construye… y se protege</STRONG>

La publicidad, incluyendo la de productos financieros de crédito, nos apremia a un consumo que promete un bienestar tan infinito como instantáneo.

¿Por qué postergar la gratificación si puedes obtenerla de inmediato?

Desde luego, lo que no nos dice esta publicidad es mucho más que lo que nos dice. 

Para empezar, y esto es el abecé de la cultura financiera, el “cuándo” de la gratificación es mucho más importante que el “cuánto cuesta”.

Exactamente igual que un colegial debe completar sus deberes antes de entregarse al ocio, debemos decidir nuestros consumos después – y no antes – de haber acumulado recursos suficientes para su repago o, al menos, para sostenerlos con una financiación eficiente.

Esto nos lleva a lo siguiente que no nos dice la publicidad.

Cualquier consumo que no corresponda a nuestro costo básico recurrente deberá pagarse con los excedentes entre nuestro ingreso y ese costo.

Por lo tanto, se impone mucha cautela ante cualquier decisión que comprometa ese excedente, el cual constituye la fuente por excelencia para la creación de riqueza. 

Por si fuera poco, las imágenes de un ahora ideal que nos muestran los avisos publicitarios nos alejan de una verdad irrefutable: no existen atajos para la obtención del bienestar sostenible.

Hay que construirlo a partir del ahorro y de una relación sana con la liquidez, lo cual solo se logra abordando nuestra dinámica financiera con plena conciencia. Así es la cosa.  No importa lo que digan los anuncios. 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas