«El blues nunca morirá»: B.B. King vivirá en su música

«El blues nunca morirá»: B.B. King vivirá en su música

LAS VEGAS. B.B. King creía que cualquier persona podía tocar blues, y que “mientras la gente tenga problemas, el blues nunca morirá”. Pero nadie podía tocar blues como B.B. King, quien murió el jueves por la noche a los 89 años en Las Vegas, donde había estado bajo cuidados paliativos.

Aunque siguió actuando hasta bien entrados sus 80, el ganador de 15 premios Grammy padecía diabetes y otras dolencias. Se desmayó durante un concierto en Chicago el pasado octubre, algo que luego se atribuyó a deshidratación y agotamiento.

Su quejumbrosa voz y su apasionada forma de tocar la guitarra establecieron la norma para un arte nacido en el sur de Estados Unidos y honrado e interpretado alrededor del mundo.

Tras la muerte de Howlin’ Wolf y Muddy Waters hace décadas, King fue el más grande defensor de una tradición que inspiró a Jimi Hendrix y Robert Cray, Eric Clapton y los Rolling Stones.

King tocaba una guitarra Gibson, a la que llamaba de cariño Lucille, combinando hermosos punteos con sonoros acordes, sutiles vibratos y notas desgarradas. El resultado podía producir escalofríos, al igual que su tema más conocido, “The Thrill is Gone”. Podía hacer llorar y gritar de angustia a su guitarra al narrar esa historia de amor desvanecido que terminaba lamentando en un tono gutural “Now that it’s all over, all I can do is wish you well” (”Ahora que todo ha terminado, todo lo que puedo hacer es desearte suerte”).

Su estilo era inusual. A King no le gustaba tocar y cantar al mismo tiempo, así que desarrolló un estilo de diálogo entre él y Lucille. “A veces creo que hay más cosas por decir, para hacer que el público comprenda que intento hacer más”, dijo King a The Associated Press en 2006. “Cuando canto, no quiero que ustedes oigan sólo la melodía.

 

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