Cómo conseguir la ruta de ese buen camino? La respuesta la podremos obtener cuando la Justicia nuestra, buena o mala, sea orientada hacia el estricto camino del cumplimiento de todos los cánones legales no importa la investidura del transgresor, su clase económica o social, porque todos, absolutamente todos, debemos ser iguales ante la ley. Ladrones, asesinos, corruptos y corruptores funcionarios o simples ciudadanos, deberá caerles el peso de la ley sin arreglos de aposentos ni obscuros contubernios, solo la aplicación de una Justicia sana e independiente hará de la República Dominicana, un país libre y liberado de ataduras extrañas o propias. La liberación nacional es el mejor camino para el bienestar de la nación y esta debe conquistarse en un ambiente de paz y seguridad para lo cual la primera medida fundamental es el diálogo sumamente enriquecedor entre todos los sectores de la sociedad con pluralidad entre los métodos y los puntos de vista dentro de una realidad compleja y una desigualdad económica, que solo pone una cara de lo que este país necesita con urgencia es que sus mejores hijos, llámense economistas, sociólogos, médicos, abogados, historiadores, ingenieros, líderes sindicales o políticos, se pongan al servicio del país, den un aporte específico en una tarea noble y sincera, que a la larga dará frutos en el camino de la liberación con justicia económica para todos, puesto que no hay que olvidar, todas las instituciones en nuestro país legales o no, tiene una existencia cuyas cargas generan violencia como consecuencia de una vocación mercantilista de nuestros más encumbrados dirigentes, que no se convencen de que hay que ceder porque la hora de los cambios está al doblar de la esquina. En esta misión, nuestra Iglesia católica debe dar un valioso aporte, por la naturaleza de la formación cristiana de nuestro pueblo y porque ella moralmente resulta incuestionable y nadie puede discutirle su legitimo liderazgo dentro y fuera del país.