El Buen Pastor celebra 31 aniversario

El Buen Pastor celebra 31 aniversario

POR MARÍA MERCEDES
Los estudiantes del Centro de Enseñanza “El Buen Pastor”, con mucho entusiasmo recrearon las costumbres y tradiciones de cada región del país. La idea era regalar a los invitados un ambiente acorde con la trama de la obra “Amoi de bojío” para celebrar el 31 aniversario de la fundación de su centro.

A la entrada de Casa San Pablo, donde fue realizada la actividad, el reverendo Víctor Miguel Martínez Escoto, fundador del Colegio, recibía a los estudiantes y a los invitados especiales con gran alegría.

Mientras esperaban el inicio de la celebración, un grupo de perico ripiao alegró el momento con sus canciones.

Cuando todos estuvieron cómodamente sentados en el auditorio, los estudiantes Maydaris Díaz y Camille Gutiérrez dieron la bienvenida a los presentes.   

Seguidamente, Víctor Miguel Martínez Escoto pronunció unas breves palabras para agradecer a Dios por todas las bendiciones que ha derramado en ese centro. “Le pido al Todopoderoso que bendiga las familias que forman parte de esta comunidad escolar y a nosotros los profesores danos la suficiente sabiduría para conducir a los niños y jóvenes por el camino correcto”.

Subió el telón y en escena aparecieron los pequeños de 5 y 6 años de kinder, quienes interpretaron la canción “Las avispas”, de Juan Luis Guerra.

Esos pequeños arrancaron los más efusivos aplausos, sobre todo cuando las colmenas de “avispitas”, salieron a demostrar sus talentos en la actuación.

Los estudiantes de pre-primario hicieron que todos se sintieran felices de la nacionalidad dominicana cuando a ritmo de la canción “Mi tierra”, de El Jeffrey fueron mostrando las tradiciones del país. El cañero, el pelotero, el frutero, la marchanta fueron algunos de los personajes que hicieron recordar las bondades de esta tierra.

Por último, los presentes disfrutaron de la obra teatral “Amoi de bojío”, dirigida por Eudys Jesús Cordero Ramírez, que con divertidos diálogos narra la historia de amor de Lola y Tacho, una pareja de una zona rural muy humilde del país, quienes a pesar de todos los sinsabores y de vencer las oposiciones de los padres de Lola logran permanecer juntos.

Eudys Jesús Cordero Ramírez dijo que con la obra, como es su costumbre, busca un acercamiento a Dios y un encuentro personal con Jesús para obtener paz interior y gozo espiritual.

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