La Fundación Vida sin Violencia, institución formada por prestantes damas de nuestra sociedad, celebró sus nueve años de fructífera existencia con una conferencia-conversatorio en el que tuvimos el alto honor de participar como expositor junto al talentoso psicólogo clínico, el Lic. Luis Vergés. Disertamos en su concurrida fiesta de aniversario, actividad llevada a cabo en los salones del Hotel Barceló-Lina. Esta institución ha desarrollado una gran labor como organización de referencia para la educación y prevención de la violencia intrafamiliar y de género en la República Dominicana, propiciando intercambios y ofreciendo orientación, prevención e investigación sobre la violencia para que la ciudadanía adquiera más conocimientos y desarrolle aptitudes de defensa y cooperación mediante charlas y talleres. Las palabras de bienvenida fueron dichas por su presidenta, la señora Yanira Fondeur de Hernández y la señora Velkys Zouain de Castaños, su primera vicepresidenta.
En su ponencia “Las ganancias del buen trato” el Lic. Vergés señaló que el buen trato es el sistema de manifestaciones conductuales orientadas a preservar y/o facilitar el bienestar propio y de las demás personas a partir de poner en práctica valores como son: el respeto a la vida, cuidado y preservación de la dignidad humana. ¡Buen trato!, es el primer eslabón que conduce a la cultura de la paz. El buen trato celebra, preserva y promueve la vida. El buen trato facilita la cercanía saludable. El buen trato se expresa con actitudes prosociales y éticas. El buen trato no tiene techo, siempre se puede tratar mejor, el buen trato es una práctica cotidiana; se puede aplicar en cualquier situación diaria, ambiente o lugar. Respeta la dignidad humana, con manifestaciones de respeto hacia las personas. Promueve relaciones saludables. El buen trato es la acción comprometida de aplicación diaria que se inspira en el valor de la paz. Citó la frase de Saint Exupery: “Solo puede haber paz cuando ponemos la inteligencia al servicio del amor”.
En el “conversatorio” y en nuestra condición como neurólogo enfocamos varios aspectos orgánicos de las diferencias de los cerebros femeninos y masculinos. Hicimos mención de algunos de los factores biológicos de porqué los hombres participamos en más hechos de violencia y criminalidad. La presencia de un aumento de la testosterona en la edad joven, las carencias sociales en todos los órdenes, la mala educación, la drogadicción, la pérdida de valores morales y sociales, etc., son parte de los elementos detonantes de las violencias. Las “amígdalas” cerebrales, situadas en la profundidad de nuestros cerebros, representan la “bestia” salvaje que llevamos dentro, este es el núcleo de los instintos, domadas solamente por la corteza prefrontal, son estas “almendras” más grandes en los cerebros de los varones. Penosamente tenemos los hombres, mayor número de procesadores en los núcleos profundos del área más primitiva del órgano rey, estas amígdalas son las que registran el miedo y nos disparan para la agresión. Sobran los ejemplos de que el hombre puede pasar de cero, a una lucha mortal, mientras que las mujeres intentarán inteligentemente evitar el conflicto por todos los medios. Es esa corteza prefrontal cerebral la que controla nuestras conductas sociales y frena los comportamientos agresivos; y hoy sabemos que está más desarrollada en las damas. En lo que ambos expositores coincidimos fue en aceptar el hecho de que la violencia en todas sus variantes personales y sociales es de origen multifactorial. Al momento, en razón de analizar los múltiples factores que participan en esas conductas bizarras y violentas, en el Centro de Estudios de la Salud de Funglode, con el apoyo de la Academia de Ciencias de la República, estamos organizando un Seminario para valorar ese enfoque multifactorial de la violencia, donde los distinguidos colegas médicos Gustavo Rojas, Héctor Eusebio, Carlos de los Ángeles y un servidor por la Academia de Ciencias, lo motorizan. Les avisaremos a nuestros amables lectores para que nos acompañen en dicho evento. Se ha dicho que solo puede haber paz si tú la proporcionas, por eso, creo que todos estos fructíferos escenarios de damas y caballeros en procura de la cultura de la paz son muy loables.