Señor director:
En la página 11 de ese prestigioso diario de fecha 26 del cursante mes, he tenido la oportunidad de leer el escrito del doctor Víctor Gómez Bergés sobre “La huida de Batista al caer su dictadura”.

No es cierto, como se dice, que Porfirio Rubirosa, para ese entonces embajador dominicano acreditado en La Habana, Cuba, viajara en compañía de los personajes a que se hace referencia en el párrafo segundo de dicho escrito.

Sencillamente, porque Rubirosa no estuvo en ningún momento ausente de su misión, al producirse la caída de Batista.

Ciertamente, el grupo sólo lo componían Johnny Abbes, Coronel (no mayor) Antonio Álvarez Albizu, Ferrer López Guzmán y “El Chinito”.

Este último, dicho sea de paso, fue apresado cuando trató de salir de La Habana por el aeropuerto de Rancho Boyeros y conducido al campamento de La Cabaña, donde al cabo de algunos días fue fusilado, según información obtenida.

Para avalar todo cuanto antecede, quien suscribe fue que tuvo a su cargo la responsabilidad -al rompimiento de las relaciones diplomáticas-, de cerrar nuestra embajada en La Habana -por razones que no vienen al caso mencionar-, habiendo regresado el 30 de junio de 1959.

Es decir, permanecí en Cuba durante seis meses luego del triunfo del gobierno revolucionario de Fidel Castro.

Muy atentamente,
RAFAEL LANTIGUA FERNÁNDEZ