Señor director:
La imprevisión es una de las características más sobresalientes del dominicano.

Profesionales y personas comunes asumen la vida diaria como un simple cumplido. No planifican, someten sus compromisos a simples rutinas.

Por ello, hay quienes trabajan sin agendas ni prioridades.

Los contratistas de obras del Gobierno, en todos los gobiernos, destruyen calles y avenidas, abren zanjas por doquier, bloquean calles, y nunca avisan con suficiente tiempo a la población de sus acciones.

Lo más criticable es que tampoco colocan las debidas señales, para evitar eventuales accidentes.

Está bien que economicen los recursos que reciben por esas ‘contratas’, pero ¿hasta esos extremos?

Atentamente,

Gonzalo M. Rosario J.

RECOMIENDA
Acciones contra ciertos delitos

Señor director:

De nuevo las autoridades han dado cuenta de la participación de menores en actos delictivos, reñidos con las leyes.

Esta parece ser una práctica que está creciendo en el país.

Las acciones delictivas ya no son exclusivas de gente adulta, como lo fue en el pasado.

Me asalta el temor de que la descomposición social está llegando lejos.

Los niños crecen sin protección, desamparados.

Sé que hay leyes que ofrecen garantías a los menores en conflictos y que las autoridades judiciales trabajan para encarar este tipo de delitos.

Pero hay mucho peligro latente, vicios otrora desconocidos o inexistentes.

Hay que enfatizar mucho en la educación, en la unidad familiar, en el trabajo.

Atentamente,

Virginia Pérez M.