Señor director:

Los dominicanos tenemos la mala costumbre de “dejarlo todo” para última hora o el chance final.

Tal parece que sentimos una pasión encubierta por las filas, por los “molotes” y aglomeraciones.

Con los marbetes de los vehículos pasó este año lo mismo. Se dieron todos los chances del mundo, y todavía el día que vencía el plazo había centenares de propietarios afanando por pagar los impuestos.

No quiero decir que somos malos contribuyentes, porque hemos demostrado lo contrario. Pagamos la energía eléctrica religiosamente, aunque vivimos permanentemente a oscuras.

Buenos somos ante las tantas humillaciones que recibimos de aquellos que tienen que ofrecernos servicios puntuales.

Atentamente,

Conrado Silvestre P.

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Advierte  peligro
 Vehículos con sobrecargas

Señor director:

Es lamentable que la gente continúe desafiando el peligro en calles y avenidas, en cualquier tipo de vehículo.

Camionetas, motocicletas o triciclos transitan por peligrosas vías de la ciudad, con sobrepeso de mercancías y pasajeros, lo que les impide por completo la visibilidad.

No sé si será la escasez de dinero que induce a las personas a cometer esas peligrosas aventuras, pero las autoridades están en el deber de evitar esos desafíos a las leyes de tránsito.

Advierto que, además, esa sobrecarga puede provocar accidentes, al perder los conductores el control del manejo.

Estos casos son más frecuentes en las zonas próximas a los mercados, donde los choferes y vendedores se abastecen de productos agrícolas.

Atentamente,

Salomé M. Gutiérrez