Señor director:
No bien ha concluido el año escolar 2007-2008 y ya los colegios privados anuncian extraordinarias alzas en las inscripciones.

Es decir, apenas las familias sienten un respiro en sus presupuestos y les asestan nuevos garrotazos económicos.

La Secretaría de Educación ha reaccionado con celeridad, limpiándose como Pilatos.

La declaración del organismo de que no está facultado para reglar las tarifas, es un tanto escurridiza.

Aunque exista una especie de contrato entre padres y colegios, lo lógico es que busquen fórmulas, desde la Secretaría, para evitar que los padres de los alumnos sean engañados.

Algo hay que hacer para que no se castigue tan severamente a las familias, cada año.

Atentamente,
María Luisa González H.

Un  llamado
A la protección del ambiente

Señor director:
El país, por su condición de media isla, está expuesto a cualquier violación de su territorialidad.

Si no existe la suficiente vigilancia en nuestras costas y en la zona fronteriza, los aventureros pueden hacernos daño con acciones indebidas.

Lo digo, porque esta semana un barco de matrícula extranjera trató de sorprendernos con una carga de materiales tóxicos.

Todavía se mantiene fresco en nuestra memoria el caso del rockash, cuando alguien procura burlar la seguridad  y las normas medio-ambientales.

Algo hay que hacer desde todas las instancias oficiales, para castigar ese tipo de acciones.

El territorio nacional no debe bajo concepto alguno ser destino de materiales contaminantes que otros rechazan.

Atentamente,
Pedro M. Casimiro