Señor director:

El nombre de más arriba corresponde a mi profesora y sé que de varias generaciones más, que pasaron por las manos amorosas y dedicadas de esta incansable y persistente maestra que ha entregado y sigue dando más de ella por la educación, del cual muchos y muchas dan gracias a Dios por haber llegado donde están a través de la enseñanza y consejo de Aracelis Bueno viuda Fontanilla. Y esa enseñanza y consejo es la que debemos emular de dicha maestra, para que sea mejor y de calidad la educación de nuestro país.

Mi humilde llamado es apelar a la sensibilidad del incumbente de la Secretaría de Educación para que recompense los años de dedicación, la labor incansable y apego al amor de su pueblo de dicha maestra. Que se abra un paréntesis en algún espacio o rincón de la Secretaría de Educación, para atender y escuchar el llamado que hace la distinguida maestra y que también es una distinguida dama pueblerina, por sus aportes y desarrollo de una familia de valores. Abramos espacio para que tantos/as maestros/as que como Aracelis Bueno viuda Fontanilla no se deteriore su calidad de vida, desde aquel lejano pero importantísimo lugar de Restauración.

Atentamente,

Vinicio Guzmán Luciano