Señor director:
Me produce honda pena observar cómo viven centenares de familias a orillas de los ríos Isabela y Ozama.

Pensé que a estas alturas el Estado había comenzado a resolver esa dramática situación, especialmente después de los daños materiales y humanos causados por los fenómenos atmosféricos recientes.

Es muy cierto que mucha gente invade esas peligrosas áreas por su condición de pobreza.

Son dominicanos a los que su precariedad económica no ha dejado otro camino que el de la aventura.

Mientras se le busca una salida al asunto, las autoridades deben ofrecerles protección.

Creo que los gobiernos son elegidos para que solucionen los grandes males nacionales.

Atentamente,
Rogelio H. Perdomo

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Respalda
Ambicioso plan desarrollo agro

Señor director:
Ahora que se habla de una posible hambruna, los sectores público y privado tienen la gran oportunidad de ejecutar ambiciosos proyectos de producción agrícola.

El país aún cuenta con extensas áreas no cultivadas, que bien podrían aprovecharse con esos fines.

Durante años, los dominicanos le hemos dado la espalda a importantes rubros alimenticios, a variedades sustitutas de granos que podrían ahora ser “tabla de salvación”.

Leí en estos días la sugerencia de una funcionaria para que se utilice el nopal en la extracción de harina.

La verdad es que hay que volver al campo.

Tenemos que enfocar esfuerzos hacia el incremento de la producción agropecuaria.

Atentamente,
Marisela V. González.