Señor director:
Nuestra sociedad, sin tregua alguna, ha estado sometida al flagelo de la delincuencia. Excepcional el día en que los medios no registren muertes por delincuencia. Ahora ha tocado el turno a mi familia. Mi hijo Franklin Vantroi Castillo Borges fue asesinado el martes 1ro. de julio y su cuerpo lanzado a las aguas del río Ozama. Tenía 36 años y cuatro hijos.
Su cadáver fue encontrado el 2 de julio. Portaba su cédula de identidad, pero por obra y gracia de la eficiencia policial, fue el domingo 6 cuando su familia pudo encontrar el cadáver en Patología Forense del cementerio Cristo Redentor. Mi hijo está muerto. Hecho irreversible. Le puse Vantroi antes de nacer. Había leído el libro escrito a Guyen Van Troi, mártir vietnamita. Mi último y gran deseo es: Justicia.
Atentamente,
BARTOLOMÉ CASTILLO GORÓ
Descarta
Se produzca hambruna RD
Señor director:
Me incluyo entre los dominicanos que tienen fe y esperanzas en el progreso de la nación.
Descarto, por las experiencias vividas, que vayamos a sufrir de hambruna, al menos por estos tiempos.
Eso sí, debemos preparar desde ya planes sostenidos de producción de los rubros de mayor consumo. Un descuido en la programación de las siembras, puede resultar negativo.
Disponemos de enormes cantidades de tierras fértiles, y si el gobierno y las instituciones de créditos se ponen de acuerdo, no habrá desabastecimientos.
Solo se requiere de voluntad firme, y de que los productores estén dispuestos a volver al campo.
Es una cuestión de aportar cuotas de sacrificios.
Atentamente,
Secundino Perdomo J.