Señor director:
El tema de la delincuencia ha sido suficientemente analizado, por los más diversos sectores de la sociedad dominicana.

Hay, sin embargo, un elemento al que no debería dársele de lado, a la hora de enjuiciar las causas de ese flagelo.

Me refiero a la cantidad de armas de fuego en manos de la población civil. En la mayoría de los casos, esas armas las portan personas cuyo comportamiento deja mucho que desear.

He presenciado en lugares públicos a algunas personas manipulando armas, con el consecuente peligro.

Lo peor es que, por su apariencia, denotan inexperiencia en su manejo, y probable es que carezcan de permisos para su porte.

Hay que ejecutar un efectivo programa de desarme.

Atentamente,
Santiago R. Mendoza J.

EXHORTA RD
Anticiparse a una hambruna

Señor director:
Los presagios de una hambruna mundial deben poner en auto a todas las naciones, especialmente a aquellas que, como la nuestra, se caracterizan por la improvisación.

Ya deberían nuestras autoridades anticiparse, elaborando un plan masivo de cultivos.

En el ínterin, preparar a las familias para que regresen al consumo de productos eliminados de sus dietas.

El país produce una serie de víveres y frutos que hemos dejado de consumir por carestía o simple “monería”.

El Estado está en el deber de auspiciar planes de educación sobre alimentación.

Pero, previamente, desarrollar programas de siembra con el sector privado, para abaratar los costos de muchos productos de la llamada canasta familiar.

Atentamente,
Ana María Pérez N.