Señor director:
He leído con sumo interés la reciente nota editorial de su periódico, que aborda el tema de los accidentes de tránsito.

Ciertamente, como expresa el mensaje de advertencia, las carreteras del país se han convertido en un peligro.

Hay imprudencia, eso sí, pero mucha falta de prevención en las autopistas que comunican a la capital con las regiones del Cibao, Este y Sur.

Yo que viajo con frecuencia al interior de la república, hace tiempo que no observo las patrullas de camino realizando su labor. El radar cayó en desuso.

Las denominadas “voladoras” y las patanas son en las carreteras una amenaza de muerte, pues no respetan normas ni leyes; sus choferes parecen tener “licencia para matar”.

Atentamente,
Andrés Molina C. 

PREOCUPA
La delincuencia “gane terreno”

Señor director:
Estoy convencida de que contra toda la propaganda oficial que trata de demostrar lo contrario, la delincuencia continúa ganando terreno.

La capital sigue sacudida cada día por bochornosos delitos menores, que bien pudieran evitarse con real protección ciudadana.

En muchos sectores de la ciudad, incluso en aquellos que irónicamente la gente califica “de ricos”, la vigilancia policial brilla por su ausencia.

El patrullaje insuficiente se convierte en terreno fácil para los malhechores.

Los ladronzuelos circulan con libertad en motocicletas de rápido desplazamiento.

Se mueven por cualquier calle de Arroyo Hondo, Los Prados, La Castellana, Los Jardines del Norte, Piantini o Naco.

Atentamente,
Virginia González S.