El café: un buen amigo

El café: un buen amigo

Durante años, el café ha cargado con ser el culpable de todo, desde la alta presión arterial y el colesterol elevado (y por tanto, de las enfermedades cardiacas) hasta el cáncer de páncreas, la enfermedad fibrocística de la mama, y la pérdida ósea. El enfoque principal ha estado en la cafeína, una de las sustancias de los alimentos estudiadas en mayor profundidad.

Pero en casi cada instancia de los estudios iniciales que vinculan el café o la cafeína a los problemas de salud estos han sido refutados por estudios subsiguientes mejores. “Inocente”, ha sido el veredicto, una y otra vez. Ahora, el péndulo ha oscilado tan lejos que algunos investigadores sugieren que el café puede realmente tener beneficios para la salud.

¿Cómo puede resultar beneficioso el café?

El café, por lo general contiene entre 60 y 120 miligramos de cafeína en seis onzas. Los beneficios de la cafeína son bien conocidos. Es una sustancia psico-activa  moderada -estimula el sistema nervioso central.  Por eso, mejora el tiempo de reacción, la acuciosidad mental, el estado de alerta y el humor, mantiene a raya la somnolencia y ayuda a millones de personas a despertar y sentirse mejor por las mañanas. También tiene un efecto analgésico, que es el por qué se le añade a algunos calmantes.

Al igual que todas las plantas, el café (derivado de un grano) contiene muchas sustancias químicas que convergen de manera natural -más de 1,000 se han identificado hasta ahora-, algunas potencialmente dañinas, otras potencialmente saludables. Al igual que en el té, muchas de esas sustancias beneficiosas con antioxidantes, que ayudan a proteger de los radicales libres que dañan las células, y que por eso reducen el riesgo de enfermedad cardiaca y el cáncer. En verdad, un estudio reciente encontró que el café es la fuente número uno de antioxidantes en Estados Unidos, debido en gran parte porque los norteamericanos beben mucho café.

Y si esto no resulta suficiente, un grupo de estudios recientes han vinculado el café, o la cafeína, a una disminución del riesgo de varias enfermedades:

Diabetes Tipo 2. En febrero, investigadores que seguía 88,000 mujeres en un estudio de Nurse´s Health Studies de Harvard encontraron que aquellas que bebieron no menos de dos tazas de café al día -regular o descafeinado- tienen un riesgo más bajo de diabetes. Algunos estudios previos de hombres y mujeres han tenido resultados similares, aunque los hombres tienen que beber no menos de cuatro tazas al día para lograr este efecto.

Mal de Parkinson. En un estudio bien diseñado de Honolulu, los hombres que no bebieron café eran entre dos y tres veces más propensos a desarrollar la enfermedad que los que bebieron entre una y cuatro tazas al día. El café descafeinado no se incluyó en el estudio.

Piedra vesicular sintomática. En 2002, otra parte del Nurse´s Health Study indicó que hay un efecto protector, pero parece necesario tomar de cuatro tazas al día. Se piensa que la  cafeína sea el principal ingrediente protector. Tres años antes, los mismos investigadores encontraron una reducción del riesgo en los hombres.

Daño hepático. Beber café y té con regularidad puede ayudar a evitar enfermedades hepáticas en personas de alto riesgo (debido al alcoholismo, obesidad, o diabetes, por ejemplo), de acuerdo con un estudio reciente en Gastroenterolgía.

Efectos confusos

Los efectos del café pueden resultar confusos. Estos son algunos ejemplos:

La cafeína sí puede elevar la presión sanguínea y el ritmo cardiaco brevemente en aquellos que no están acostumbrados a ella, aunque este efecto varía enormemente de una persona a otra. La cuestión clave es si beber café de manera habitual conduce a la hipertensión. Y la respuesta es “no”, de acuerdo con la mayoría de las investigaciones, incluyendo el estudio más reciente realizado con 155,000 mujeres.

Algunos estudios han encontrado que grandes cantidades de café sin filtrar, al estilo europeo (regular o descafeinado) pueden elevar el colesterol ligeramente. Sin embargo, los filtros de papel parecen atrapar a cualquier culpable que ande en los alrededores. La mayor parte de los estudios no han encontrado incremento en el colesterol o el riesgo cardiovascular por beber café, en general.

Si bien se sospechaba de la cafeína como factor de riesgo en caso de huesos frágiles, esto pudiera deberse a que las personas que toman mucho café tienden a no beber leche, por lo que dejan de asimilar calcio y vitamina D.

En general, las personas que beben grandes cantidades de café es más probable que fumen también, coman mal, y beban demasiado alcohol. Los investigadores toman esos factores en consideración, pero no pueden hacer ajustes para todos ellos.

Una nota para las mujeres embarazadas: algunos estudios han indicado que altas dosis de cafeína pueden aumentar el riesgo de aborto y defectos, y posiblemente de reducir la fertilidad. Aunque la evidencia para estas sospechas no es absolutamente clara, para jugar al seguro, las embarazadas no deben tomar más de dos tazas al día.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas