Víctor Gómez Bergés
Siria, Jordania, Marruecos, Túnez ahora Egipto han desatado una corriente de protestas políticas y sociales en Medio Oriente que se vuelven inmanejables, región que Estados Unidos viene cuidando como un tesoro desde antes y con mayor esmero luego de la crisis con Irán y la invasión a Irak, por ser la principal fuente de petróleo del mundo.
En 1981 fue muerto a tiros el presidente egipcio Anwar el Sadat asumiendo el poder su vicepresidente Hosni Mubarak, quien ha tenido durante 30 años apoyo incondicional de Norteamérica, por ser muro de contención en las luchas árabe e israelí.
El pueblo se cansó de Mubarak dada su pobreza y atraso, amén de sus servicios a los norteamericanos.
Para paliar la situación escogió antier a Omar Suleiman, jefe de seguridad de su Gobierno, como Vicepresidente, y a Ahmed Shafiq, ex jefe de la Fuerza Aérea, como primer ministro, luego de la forzada renuncia de su gabinete, ambos, igual que Mubarak ex altos jefe militares. Al repudiarlo el pueblo ha buscado apoyo en las armas, tendencia de los dictadores.
En Túnez estalló hace unas semanas otra grave crisis derrocando a su presidente. Esos gobernantes en medio de su inmensa riqueza petrolera viven como sus Faraones, de espalda a las demandas de justicia social provocando movimientos que hoy son explosivos e incontenibles.
Todo comenzó convocando a los jóvenes a través de los modernos medios de comunicación masiva como Facebook, Twiter, Internet y otras redes sociales a todo un pueblo, último método utilizado para protesta y convocarlas. Ya no hay que lanzar panfletos ni comunicados de prensa de partidos opositores.
Esta crisis provocada por el desempleo la juventud no la tolera, cuando contempla que la globalización de la economía solo fortalece los grandes centros de poder económico concentrados en las reducidas potencias que dominan el mundo, erosionadas en su periferia al actuar sin sentido de justicia y equidad.
40% de los 83 millones de egipcios viven con menos de dos dólares al día. El alza de los alimentos fue de un 17% el año pasado. Recibe apenas US$1,500 millones en ayudas.
Más oportuna no pudo ser esta explosión con Davos analizando la economía para que vean de cerca la realidad.
Egipto con sus Pirámides y Museos de siglos guardando recuerdos de la Creación ha comenzado a destruirse. Las urgencias de trabajo, educación, salud y comida ha desbordado la paciencia de las nuevas generaciones. Casi un siglo de prepotencia política impuesta por tres o cuatro regímenes al estilo Mubarak está al borde de convertirse en historia. La onda expansiva del levantamiento de Túnez sigue haciendo estragos en la zona. Las protestas vienen de jóvenes nacidos durante el régimen de Mubarak cansados de su Gobierno y vida lujosa de sus funcionarios.