Redacción Internacional. La ola de calor que afecta a gran parte de Europa, lejos de dar una tregua, se acentuará en algunos países del sur y centro del continente, en una jornada en la que se preveían valores récord, especialmente en España y Portugal.
Meteoalarm, la web de la Unión Europea (UE) que proporciona información sobre fenómenos climáticos adversos, ha emitido alertas “rojas” por calor extremo en puntos de Suiza, Croacia, España y Portugal.
Este aviso, según la web, implica una situación meteorológica “muy peligrosa” y que “son probables graves daños y accidentes, en algunos casos con riesgo para la vida de las personas».
Mantiene además la alerta naranja en amplias zonas de Francia, Bélgica, Austria, Lituania, Estonia, Polonia, Noruega, la República Checa, Eslovaquia, Eslovenia y Grecia, por “situaciones peligrosas por fenómenos inusuales, como altas temperaturas, que pueden producir daños en las personas».
Las elevadas temperaturas se deben al sistema estacionario de alta presión, un fenómeno que se ha repetido de forma constante en las condiciones meteorológicas europeas durante los dos últimos meses, dijo hoy a Efe una portavoz de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Sylvie Castonguay.
La vicesecretaria general de la OMM, Elena Manaenkova, señaló en el último boletín de la organización que “el año 2018 será uno de los más calurosos jamás registrados, con nuevos récords de temperaturas en muchos países, lo cual no es sorprendente».
“Las olas de calor extremo que estamos viviendo son coherentes con los efectos esperados del cambio climático causado por las emisiones de gases de efecto invernadero. No se trata de un escenario futuro, está sucediendo ahora”, agregó. El cambio climático ha duplicado las probabilidades de que ocurran las actuales olas de calor en muchos lugares, según un reciente análisis sobre la situación en el norte de Europa de la Universidad de Oxford que mencionó la portavoz de la OMM.
En Portugal, uno de los países más afectados por esta ola de calor, las autoridades advirtieron de que la situación empeoraría y podían superarse los registros récord del jueves, día en el que se alcanzaron temperaturas entre 41 y 44ºC e incluso una localidad del interior llegó a los 45.
Es sólo el preludio del peor momento de la ola de calor, que se espera para el sábado, cuando la temperatura puede batir cifras históricas, una situación que ha llevado al Instituto Portugués de Mar y Atmósfera a prolongar la alerta roja hasta el domingo.