Durante meses el entonces candidato Luis Abinader Corona paseó el país prometiendo un cambio. Así, a secas. Sin apellido ni elementos matizadores. Solo él sabía a qué cambio se refería y tal vez algunos de sus asesores.
Después de 12 meses en el poder, un tiempo en el que el país ha podido escuchar los muchos discursos que ha pronunciado y ha podido ver las decisiones que ha tomado, es posible aproximarnos al concepto de cambio que preside la gestión del incansable y vigoroso presidente Abinader.
Es un cambio entre el pensamiento de Lisandro Macarrulla y las teorías de Miguel Ceara.
Tal vez más del lado del primero que del segundo. Un cambio que no llegará muy lejos, que no tocará la esencia de las cosas, que no dará mayor poder social a los trabajadores y al ciudadano de a pie. Creo que es un cambio para que el sistema funcione mejor, lo que llaman un cambio en la epidermis.