El cambio de la administración requiere colaboración ciudadana

El cambio de la administración requiere colaboración ciudadana

POR ISAOLYM MIESES
“El funcionario público, no de carrera, apoyado en su militancia política, por lo regular encuentra en el desempeño de sus funciones una oportunidad única de “hacerse” y se vale usualmente del cargo, de su rango, de su influencia, de sus méritos partidistas y de los peores medios y métodos sofisticados para lograr riqueza e impunidad, sin temor a sanción alguna, mucho menos a la pérdida de su libertad o de su patrimonio”.

Al disertar en el panel sobre  “Responsabilidad en la administración pública”, el doctor Luis Scheker Ortiz lamentó que siempre habrá “buscaempleos”, temerarios, trepadores, gente sin otro oficio o mérito que estar apañando por partidos políticos que no tienen para ellos una mejor oferta que un cargo público bien remunerado y a veces honorífico.

 Los gastos y sacrificios económicos y los compromisos en que incurre por alcanzar una poltrona, o un escaño, suelen ser escandalosos, consideró.

La actividad fue realizada por la Oficina Nacional de Administración y Personal (ONAP) con el interés de enmarcar las reflexiones e intercambio de experiencia en torno a la administración pública en República Dominicana, tomando en cuenta la cultura política en materia administrativa del Estado, la valoración de las responsabilidades y la formación de los funcionarios públicos.

Este panel formó parte de una jornada que se complementó con la puesta en circulación de los libros “Responsabilidades en la Administración Pública” y “Principios Jurídicos de la Organización Administrativa del Estado”.

Consideró también que en un empleo público, el acceso a las mieles del poder, al presupuesto, a las contratas, siendo su permanencia transitoria, obliga al agente a darse prisa para no perder la oportunidad de salir de pobre o de enriquecerse a toda costa.

La ponencia de Scheker Ortiz estuvo enfocada en lo civil y fue complementada por las participaciones de Raymundo Amaro Guzmán y Gregorio Montero, quienes expusieron sobre aspectos relativos a lo penal y administrativo.

El doctor Scheker Ortiz advirtió que habrá que actuar con mucha cautela antes de lanzar al ruedo un sistema de sanciones que no se cumpla, sólo porque en otros países existen y debemos modernizarnos.

“Esto último está bien. Detrás tenemos el cuco de la globalización y la competitividad que nos arrastra, pero debemos pisar con pies de plomo, pues no siempre lo perfecto es amigo de lo posible”.

Añadió que “recientemente el presidente Fernández destacó con certeras palabras el valor de lo moral en la vida pública del país. Expuso la necesidad de moralizar la vida pública y advirtió que no hay democracia si no existe confianza y credibilidad en quienes encabezan los proyectos políticos de la nación”.

Para el doctor Scheker Ortiz la pregunta queda en el aire. “¿Estamos preparados para dar el salto? Y más precisamente, ¿Lo queremos dar?.

El mal persiste y falta una real voluntad política que haga de su discurso una realidad actual. Fuerzas extremas propugnan por la modernidad, por el verdadero cambio cultural e institucional.

“Llueven expresiones, compromisos, intentos aislados, esporádicos, de gobernantes y de los gobiernos. También de la sociedad civil”, pero añadió que falta un eslabón clave y determinante que rompa el escepticismo.

 “Las preguntas siguen siendo, ¿Quién le pone el cascabel al gato? ¿Cómo articular el qué con el cómo? ¿Cómo hacerlo viable, efectivo?”, se preguntó insistentemente. Dijo que Amaro Guzmán y otros tantos politólogos, sociólogos, estudiosos de la administración y expertos internacionales están conscientes del mal y de su remedio.

“La corrupción administrativa dependerá de que los dominicanos tengamos plena conciencia de que este cambio cultural requiere la colaboración cívica de cada ciudadano y sectores de nuestra sociedad”.

Scheker y sus colegas lo saben, por lo que entienden que “Quizás no sea tan simple, en una sociedad como la nuestra, desorientada, que a ratos parece haber perdido el sentido de certidumbre. Pero es un primer paso importante. La participación activa, responsable, militante, que rompa con el no se puede, con la permisividad y la tolerancia y moralmente armada, apueste decididamente al cambio para lo mejor”.

Estado responsible
Al participar en el panel sobre  “Responsabilidad en la administración pública”, el licenciado Gregorio Montero dijo que “la aceptación por la doctrina y la jurisprudencia internacionales de la tesis de que el Estado es responsable por sus actuaciones dañosas, es un producto genuino de la revolución francesa. A partir de esto se ha asumido también como una responsabilidad de los funcionarios del Estado”.

En este orden, muchas teorías se han levantado sobre la responsabilidad política, penal, civil y administrativa, lo que ha contribuido a la configuración de una verdadera doctrina al respecto en Europa o Iberoamérica, dijo Montero.

“En nuestro país, si bien no han desarrollado en los mismos niveles los enfoques doctrinarios, en el ámbito del derecho positivo podemos presentar ciertos avances. En lo que respecta al subtema que ocupa nuestra presentación, la responsabilidad administrativa, tenemos la Ley de Servicio Civil y Carrera Administrativa y su Reglamento de aplicación, el Código de Etica de los servidores públicos y otras disposiciones referentes a los sectores aduanal, impuestos internos, trabajo, judicial, etc.”.

Puntualizó que en ese sentido está configurada la responsabilidad administrativa de los servidores públicos a partir de un régimen de deberes, prohibiciones, incompatibles, faltas y sanciones, que si bien no es aplicado con la rigurosidad necesaria, muchos reconocen su importancia y adecuada estructuración técnica y jurídica.

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