¿Para qué es el cambio? Para unir las buenas voluntades en favor de la democracia, de la libertad, contra la corrupción.
Cuando se firmaron los acuerdos del DR-CAFTA, todo el mundo estaba claro en que hay plazos que sí se cumplen y deudas que debemos pagar, pero “falta mucho para eso”. Entonces, se acordó desmontar los impuestos de aduanas de las habichuelas.
Durante 15 años las prácticas de siembra, cosecha, almacenamiento de la leguminosa continuaron igual que siempre, pero había que mejorarlas, era preciso dar un tratamiento especial a los suelos, escoger semillas de mejor calidad, recoger las cosechas y almacenar el grano con mejores procedimientos.
Ahora, lo importante no es señalar ni culpar a nadie. La culpa es de todos: de los sembradores de habichuelas, de las autoridades, de la ancestral y absurda independencia que impide la unión entre quienes actúan en una actividad común para obtener mejores resultados.
República Dominicana solicitó y obtuvo 15 años de gracia para las habichuelas, para que se diseñaran políticas públicas que posibilitaran reconvertir la producción de ese alimento, como dar valor agregado, sustituir viejas prácticas culturales que produjeran un aumento en la productividad. Durante 15 años no se hizo lo que había que hacer, ahora se escuchan los lamentos.
Evidentemente, se actuó de espaldas a la realidad y la realidad nos golpea inmisericorde: las habichuelas podrán ser importadas, desde países que participan del acuerdo, y se comercializarán a precios más baratos que las de producción criolla.
En San Juan faltó liderazgo, visión, espíritu de cooperación, desprendimiento. Cada quien hizo lo que vino en ganas y cada cual pensó que tenía razón, que eso de plazos eran vainas del gobierno.
De otro lado, viene la buena noticia, la Asociación Dominicana de Campesinos Productores Orgánicos (Asodocapro) anunció entre sus metas para el año 2020 la producción de mil toneladas de cacao orgánico, cuyo precio se rige por los mercados internacionales.
Durante una asamblea para la modificación de sus estatutos, que contó con la presencia de cacaocultores de Maimón, Yamasá, Puerto Plata y Villa Altagracia, se aprobó destinar 4 millones 275 mil pesos para la mejora de sus fincas, en obras de uso comunitario, capacitación y educación de sus miembros, como parte de la ejecución de su plan de desarrollo.
Estos fondos procederán de la prima adicional destinada a mejorar las condiciones de vida y cultivos en las comunidades agrícolas, la cual se espera que este año produzca 12 millones 700 mil pesos.
¿Cuál es la gran diferencia entre los productores de habichuelas y los de cacao orgánico? La asociación.
Luis producirá el cambio con la unión de pequeños esfuerzos y sacrificios dirigidos con voluntad creadora.