El cambio, más que una consigna

El cambio, más que una consigna

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

Cada certamen electoral crea su propia dinámica y como parte de ello los publicistas, los politólogos, los creativos, buscan, hurgan, indagan y, finalmente, tratan de condensar en una frase, en una palabra , la oferta de su candidato.
En veces, se busca en el vacío para hallar una palabra, una frase que capte la atención y la intención del votante de tal modo que todos la repitan, que todos la hagan suya.
Resulta interesante ver cómo una palabra, una frase, se pega, de convierte en una aspiración compartida por la mayoría de los electores.
Por supuesto, concitar la aceptación y la buena voluntad sobre una consigna, tiene mucho que ver con quien la impulsa, quien la esgrime quien la hace suya.
Ello así, porque, con frecuencia, vemos consignas y gritos de campaña que son como pompas de jabón lanzadas al viento, que solo caminan unos pasos.
Insisto, depende de quién o quiénes levantan la consigna y el nivel de credibilidad del candidato y del grupo, para que logre captar la atención de la mayoría.
Consignas van y consignas vienen. Una se parece a otras. No hay nada nuevo bajo el sol, lo importante, lo creíble no es la consigna misma, lo importante es quién y quiénes la exhiben, la esgrimen.
Llama la atención lo rápido y profundo del sentimiento que rodea la consigna más socorrida del momento, la cual es el grito de guerra del candidato Luis Abinader, del Partido Revolucionario: El Cambio.
Lo importante no es cómo suena, lo importante es lo que significa.
Cambio se ha propuesto desde siempre, hasta en momentos en los cuales la frase no significa nada, ni mucho menos quienes lo publicitan.
Ahora, en este momento político-electoral que atraviesa el país el cambio significa mucho para el presente y el futuro de la nación: significa respirar significa sobrevivir, significa vivir la esperanza.
De poco vale hablar de cambio si no se explica, si no se publicita, si no se le da contenido a la frase.
El cambio que ofrecen Luis Abinader y el PRM es un cambio que va más allá del desplazamiento del gobierno del Partido de la Liberación Dominicana cuya administración no dejará ninguna buena conquista para el país. El cambio que ofrecen Luis Abinader y el PRM es un cambio real, efectivo, para que la sociedad dominicana se desenvuelva, en su diario vivir, dentro del respeto a la Constitución y las leyes.
La propuesta de reforma constitucional, que implica recomponer el Consejo Nacional de la Magistratura, es de una extraordinaria importancia puesto que recuperara la independencia del Poder Judicial. Ese primer paso, contenido en un artículo publicado por el candidato Abinader, da la nota de por dónde viene el Cambio, y hay más.

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