El camino fácil de los impuestos

El camino fácil de los impuestos

Los activistas de las reformas fiscales se han encasillado como caballos con anteojeras a que es necesario provocar una reforma fiscal para aumentar los impuestos como única forma de atraer más ingresos y así disponer de más dinero para resolver los problemas deficitarios pero gastar alegremente como se han visto los resultados de los pasados cuatro años.

Así mismo, parten del dogma de fe de que el FMI, el Banco Mundial y los Estados Unidos eso es lo que quieren, y sin la misma le será imposible al país recibir más dinero para amortiguar su tremendo déficit externo que es para donde van esos recursos frescos que se reciban, destinados a proteger a quienes alegremente concedieron los más variados créditos al gobierno saliente sin pensar en las consecuencias para el país que se ha empobrecido a la carrera y encaminándose hacia un apagón general. John Taylor, el pasado sábado lo dejó bien definido en cuanto al destino de la necesaria reforma patrocinada y «made in USA».

Aparentemente el camino fácil es promover y motivar nuevas leyes que modifiquen a las existentes para buscar más dinero. Y desde intervenir las cuentas bancarias para que frenen la fuga de dólares hasta aumentar la base del ITBIS, hay toda una variedad de soluciones que solo empujan a empobrecer más a la población ya de por si golpeada y totalmente resignada por una nefasta política económica que llegó a disparar los gastos corrientes por encima del 85% de los ingresos mensuales.

No se habla de austeridad en los gastos y racionalizar los mismos y determinar los grandes escapes que existen, sino es un dogma de fe de que es imposible corregir tantas fugas, por lo tanto es mejor agregar más impuestos a un país que no soporta una carga tributaria por encima del 17% y ya ahora estamos en esos limites con relación a los ingresos percápita del dominicano.

La situación es delicada para las nuevas autoridades, que recibieron un apoyo mayoritario de la población para sacudirnos de la pesadilla blanca que destruyó al Estado. Esas nuevas autoridades serán responsables de que con voluntad, disciplina, fortaleza y confianza es que puede corregir la nefasta herencia que recibirán las próximas autoridades dentro de 30 días.

No es el momento de reformas fiscales, ni de más impuestos, se necesita racionalizar, domesticar y renar el gasto público, y con las leyes existentes, eficientizar el cobro de los impuestos como ya ocurrió desde 1996 al 2000, cuando los ingresos fiscales aumentaron de manera notable. Esa vez el PLD recibió a un país con una buena base de crecimiento que asombró a todo el mundo al mantener índices elevados por encima del 5% en esos felices 90, dándole sabor al gasto conspicuo. La clase media tuvo las posibilidades de crecer con seguridad, lo cual lo hizo pero luego, a partir del 2000, vio destruido sus sueños y sus ahorros en una nefasta administración que lo único que le falta por hacer es dejar todas las dependencias públicas como un cascaron sin recursos ni mucho menos con los mobiliarios y equipos adquiridos en los pasados cuatro años.

El país posee una poderosa reserva productiva. Esta se manifiesta si hay confianza en poco tiempo. Exhibiendo una verdadera maquinaria fiscal honesta y capaz, es posible la mejoría sustancial de los ingresos sin pensar en recurrir a lo que le gusta el FMI, de apretar más a los pobres, léase también clase media, como única forma que ayudaría a golpear más a esos sectores para que sean más coherentes con su pobreza y dejarse de pensar que pueden sacudirse de sus limitaciones y solo se benefician a los ricos con una globalización a la media, con TLC mal negociados y las facilidades especiales que les concede cada gobierno de turno pese a que se les acuse de explotadores y de babosos o pelafustanes.

El FMI deberá aceptar, con la valentía de las nuevas autoridades, a que se inicie el proceso de rescate de la economía en base a sanear drásticamente el sector público cortando tantos escapes, tantas duplicidades de sueldos, tantas botellas, tantas asignaciones a ONGs fantasmas, tantos pagos de facturas falsas, etc, y al mismo tiempo, rescatar el patrimonio del Estado que no solo son los correspondientes a los bancos intervenidos sino a las propiedades del CEA y del IAD que a precio de vaca muerta son distribuidos a los compañeritos, militares, políticos, etc., por todos los rincones del país, sin que puedan considerarse como fuentes para producir riquezas, sino como fuentes de latrocinio y futuras exigencias a las autoridades del PLD que asumirán al gobierno dentro de 30 días y tienen la obligación de demostrar, con hechos y firmeza, que también saben ejercer el poder.

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