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El proceso que viven los moradores de las barriadas objeto de renovación urbana, fundamentalmente en la ciudad de Santo Domingo, señalamos con pruebas irrefutables, como las nuevas autoridades vienen implementando sistemas novedosos para la adquisición de las nuevas unidades de viviendas, que permiten a los residentes de los sectores donde se erigen las especificaciones, contar con la seguridad de que podrán en un futuro inmediato poseer un hogar sano y confortable con lo cual se trata de proyectar una imagen de respeto mínimo a los derechos esenciales a todo ser humano: ser propietario de su casa.
Al través de todo el proceso que se está desarrollando en lugares de la ciudad capital donde se construyen complejos habitacionales, ha quedado evidenciado que la gente es suficientemente inteligente para forzar al sistema que no lo comprende y que no lo acoge a satisfacer sus necesidades, pero también las autoridades han dejado bien establecido que tienen y poseen un grado de sensibilidad social muy desarrollado, muy humano, por lo que aceptan sin discusiones estériles ni regateos tardíos, la lucha de los sectores populares por su acceso a la propiedad privada. Esto constituye un claro y definitivo reconocimiento del Gobierno de un mejor estatus urbano para los habitantes marginados de la vieja Atenas del nuevo mundo, lo cual está expresado en las declaraciones públicas, que periódicamente aparecen en los medios de comunicación del país.
El reclamo y la marcha de los sectores marginados o informales hacia la propiedad privada habitacional legítima, ha comenzado a tener sus frutos con el respaldo que el nuevo Gobierno ha manifestado al través de los diversos programas de viviendas que se construyen.