El campo se puede levantar con financiamiento y tecnología

El campo se puede levantar con financiamiento y tecnología

El campo está de capa caída y sólo se puede levantar con financiamiento a tasas competitivas, tecnología apropiada y extensión oportuna para los productos de exportación y de consumo nacional.

Si el Gobierno asume esas tres aspiraciones de años de los productores agropecuarios, pasaría de las promesas a los hechos. Para financiar esas tareas y nuestra  economía en general,  afectada por la crisis económica mundial, el Gobierno bien podría tomar un préstamo de US$800 a US$2,000 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI), al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o al Banco Mundial (BM) y hacerlo en dos partidas para este año y el próximo.

Con esos recursos se podrían financiar proyectos de corto, mediano y largo plazos de la producción agropecuaria que desde hace décadas viene reclamando financiamiento a tasas competitivas. Pero otro problema grave es q     ue la secretaría de Agricultura no da asistencia técnica, entonces los productores están a expensas de las  orientaciones técnicas que les ofrecen las casas comerciales que venden los agroquímicos y que son interesadas, porque es para que les compren esos productos. La extensión hace muchísimos años que desapareció de las fincas y las excepciones podrían ser el arroz, algunos vegetales y proyectos que se ejecutan con recursos externos.

Sin asistencia técnica, la producción es caótica, y más en un país en donde el analfabetismo en la zona rural sigue siendo alto. Esto hace que el   panorama de la agropecuaria nacional  sea  desalentador y la gente si no gana se va del campo. Hace 20 años la proporción de habitantes era de 63% en el campo y de 37% en la ciudad, hace 10 años bajó a 50% y 50%; hace 4 años estaba de 34% a  66% y la proporción debe estar hoy 30% a 70%, y cuidado porque hay campesinos que ni siquiera ya  van a la parcela, entonces cuando todos seamos citadinos vamos a ver cómo se va a comer. A lo mejor en cualquier momento  se inventan que las esporas que están en el aire alimentan y la gente las va a capturar. De ahí que los dominicanos tienen que corregir sus hábitos alimenticios, ya que una gran parte de la población sigue creyendo que la comida  (el almuerzo) es sólo arroz, habichuela y carne (la bandera dominicana). Pero el problema número uno de la agricultura local es que no tiene mercado.

Con el respaldo de recursos externos el Gobierno podría  invertir dinero, tanto  en el campo como en la economía en general. Si sólo se invierte en el campo y la demanda no es suficiente, indiscutiblemente no se van a poder vender los productos del campo, entonces vienen los vasos comunicantes en la economía y yo creo que en este momento no sólo hay que pensar en el sector agrícola, sino  en toda la economía, sostiene Frank Tejada, consultor agrícola y productor  de arroz.

En República Dominicana no es como en  Estados Unidos, que  emite dinero y como todo el mundo acude a ese país, de una manera u otra, él lo puede hacer y si República Dominicana  comienza a emitir dinero en el Banco Central  se devalúa de una forma desproporcionada la moneda, como ocurrió en el 2003 y 2004, pues  hace más daño que bien. Por eso es que se debía buscar en el FMI, en el BID o en BM un préstamo  para que el Gobierno tenga un respaldo en moneda fuerte para que el  dinero que vaya a invertir en la agropecuaria esté respaldado por un crédito a  largo plazo de uno de esos organismo internacionales.

Además el Gobierno tiene que tomar decisiones y exigirle a sus funcionarios y si éstos no responden, hay que cambiarlos. En el sector agrícola se dijo que los bancos le iban a facilitar créditos al sector agrícola, mentira, los bancos no le dan crédito al sector, ¿por qué?, porque  no se puede tratar en la misma forma que el sector consumo, entonces lo que ha hecho el Banco Central es que ha dado una serie de facilidades hasta diciembre de este año, pero ni la industria ni el comercio han accedido a esos préstamos, porque no saben qué hacer, y  mucho menos en el sector agrícola. El Gobierno tiene que buscar un mecanismo que reglamente la evaluación de activos que aprobó la Junta Monetaria y decirle a la Superintendencia de Bancos, que no se puede aplicar al sector agrícola. 

Tejada señala que la otra medida urgente que hay que tomar  es que exista una ley en la que todo el sector agrícola no pague impuestos en por lo menos 15 años y las exportaciones agrícolas  por lo menos un período de 30 años. Si no se buscan estos mecanismos, el sector agrícola va a seguir mal, porque dentro de este sector  que venía creciendo desde el 2005 hasta el 2008,  la parte de la agricultura no crecía (su crecimiento negativo desde el 2002 para acá), entonces la que crecía era la avicultura y la ganadería bovina, pero el año pasado con el problema con Haití que suspendió las importaciones de pollos y huevos, indiscutiblemente el Producto Interno Bruto Agrícola también falló.

El otro problema es que el Gobierno cometió un error garrafal, el de  separar el Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF) y el Instituto de Investigación Industrial e Innovación (IIBI). Este es un país pequeño, por lo que esos dos institutos tiene el Gobierno  que fusionarlos. Ninguno de los dos está haciendo nada. Se requiere que hagan investigación orientada al sector agrícola y que haya asistencia técnica, precisa Tejada.

Se cometió un error al pasar el  FIDE al Banco Nacional de la Vivienda (BNV), porque no ha operado con la misma agilidad debido a que ese es un banquito. El  FIDE funcionó en el Banco Central porque es el que controla a los demás bancos. Si quieren, pueden pasar el FIDE al Banco de Reservas y decidir que de la cartera total de este banco, por lo menos dedique a la agricultura de un 10% a un 15% y ahí funcionaría mejor. La cosa hay que hacerla bien hecha, con una programación y no ampliar mucho, coger un solo proyecto y a trabajar con X producto para la exportación y hacerlo bien. El problema número uno de la agricultura es que no hay mercado. “Me duele decirlo, pero a la situación agrícola no le veo un remedio, a no ser que como hubo antes aquellos programas del Banco Mundial, se meta aquí una organización a financiar  y haga que la gente vuelva  al campo.

Si hay dinero, la gente vuelve al campo, pero a matar mosquitos y a estar cansado, cualquiera no vuelve”, explica Martínez Rojas, productor de café y cacao. Aquí ya no hay cultura del huerto escolar y en casas de familias  había gente que en 100 metros de patio sembraba lechuga, rábano, cilantro, plátano, frutas y otros. Ya no, la gente va al supermercado a comprarlos. Si antes el campo estaba mal porque no conseguía financiamiento, sobre todo para las cosechas mayores que son arroz, cacao, café, tabaco, habichuela, cebolla y ajo, en la actualidad está peor. La ganadería es uno de los subsectores en que estamos peor, por los robos de los cuatreros y que el Gobierno tiene varios meses que no le paga el subsidio de los tres pesos por litro de leche a los ganaderos que tampoco cuentan con financiamiento a largo plazo. El arroz es el único cultivo que marcha regular, porque no es que esté tan bien. Hay quejas con respecto a la pignoración, porque no hay  dinero para ese programa, pese a ser la única salvación del productor cuando una institución no le da el crédito para hacer la cosecha.

Después de las inundaciones y deslizamientos de tierra en la parte Norte del país, por ejemplo, la cosecha de cacao este año va a ser mínima debido a los aguaceros en el momento de la floración.

En la Línea Noroeste, el guineo de exportación sufrió con las lluvias y lo malo es que los productores no han podido conseguir el dinero suficiente para volver a mejorar sus fincas.  

Cuando uno se descapitaliza en  grandes siembras, como la del guineo, que no se cultiva en poco terreno, sino que se necesitan cientos de tareas y si usted no tiene capital  y el banco no le presta de una manera precaria será que podrá subsistir hasta que poco a poco se vaya levantando con la inseguridad de que en el levante puede venir otro fenómeno de esos y destruirle todo de nuevo.

Aparte de  tener una posición geográfica privilegiada, también la tenemos de peligrosidad, porque todos los años recibimos  varios ciclones. Antes llegaban cada 40 años, pero ahora es anual.

Aquí se habla mucho de un seguro agrícola para suplantar el que se llamaba ADACA y que la gente le puso Atraca, porque casi nunca pagaba los daños comprobados y los RD$ 500 millones que anunció el Gobierno  que aportaría no acaban de llegar. El secretario de Agricultura está bien intencionado, pero sin recursos económicos no llega a nada.

La cifra

2,000 millones de dólares.  Es la suma que el Gobierno debería tomar prestado al FMI, al BID o al BM para financiar la producción agropecuaria para exportación y consumo local, así como  el resto de la economía nacional.

Zoom

Decidir tierra CEA

Es muy importante en el sector agrícola que el Gobierno decida qué va a hacer con el Consejo Estatal del Azúcar. Se viene negociando para arrendarle los terrenos para producir etanol al Grupo Vicini y  al  Central Romana, pero no se decide, entonces creo que en este momento no podemos estar dándole largas a ese asunto, dice Frank Tejada.

Sin solución

Me duele decirlo, pero a la situación agrícola no le veo  remedio, a no ser que como hubo antes aquellos programas del Banco Mundial, se meta aquí una organización a financiar  y haga que la gente retorne al campo. Si hay dinero, la gente vuelve al campo, pero a matar mosquitos y a estar cansado, cualquiera no vuelve, expresa  José Antonio Martínez R.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas