El canal de Nicaragua

El canal de Nicaragua

No es una idea de ahora. Por cientos de años los nicaragüenses han estado soñando con tener un canal que una los dos océanos: Atlántico y Pacífico, a través de su territorio. Parece que finalmente se acercan a hacerlo realidad. Aunque un alto funcionario panameño dijo hace varios meses que los nicaragüenses primero llegarían a la Luna que tener un canal, todo indica que el proyecto del canal interoceánico por Nicaragua es un hecho.

Sin embargo, aún hay muchas incógnitas relevantes. No se conoce con exactitud cuál sería la ruta que recorrería el nuevo canal aunque sí el gobierno de Daniel Ortega definió que no se utilizaría el cauce del río San Juan que, aunque es nicaragüense, su ribera sur es la frontera con Costa Rica en un buen tramo, lo que ha sido tomado con satisfacción por el gobierno tico al que le preocupaban las consecuencias ecológicas que podría acarrear. Unos 10 años atrás, en época del gobierno de Enrique Bolaños, se habían identificado unas seis posibles rutas, por lo que no hay dudas que una de ellas será la que se elija. Todas contemplan la utilización de un tramo del Gran Lago de Nicaragua o lago Cocibolca. Lo que alerta a ecologistas dado que el mismo constituye una fuente de agua estratégica. Asimismo, no se han dado a conocer aún los resultados del estudio de factibilidad que inicialmente se esperaba que hubiera concluido a inicios del presente año.

Hay quienes se preguntan por qué otro canal si el de Panamá se está ampliando. Parece que no saben que el eje de la economía mundial se ha desplazado hacia la región Asia-Pacífico por lo que el flujo comercial con esa zona y el Atlántico seguirá reflejando una dinámica de crecimiento extraordinaria. En consecuencia, la demanda de flujo interoceánico está garantizada, de ahí que también se proyecten canales “secos” –líneas ferroviarias– a través de Guatemala y de Colombia. Además, la ampliación del canal panameño se orienta a poder recibir buques de hasta 115 mil toneladas, pero el nicaragüense apunta a permitir el paso a naves de hasta 250 mil toneladas -de los cuales ya están navegando muchos y otros más se encuentran en construcción-, las esclusas tendrán 460 metros y la profundidad será mayor a los 20 metros.

Globalmente el proyecto contempla el desarrollo de puertos de aguas profundas en ambos extremos, un oleoducto, una línea férrea uniendo los puertos en ambos océanos, dos zonas especiales de libre comercio con sendos aeropuertos.

 

 

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