POR JOSÉ PIMENTEL MUÑOZ
El cáncer es uno de los problemas de salud pública más graves de la humanidad, pero desgraciadamente no existe conciencia de la magnitud de la enfermedad a nivel de la población ni de los gobiernos y tampoco se está enfrentando debidamente con los recursos y las acciones necesarias.

Eduardo Cazap, una de las figuras señeras de la oncología latinoamericana, hizo la observación en Santo Domingo ante un centenar de médicos, exponiendo –de entrada- datos impactantes:

Anualmente se producen en el mundo 10 millones de casos nuevos de cáncer. El concepto generalizado es que la dolencia  es curable y se estima  que, en promedio, la cura puede ser del 50%.

La mitad de los casos puede ser prevenible  con el simple hecho de no fumar y la otra parte cuidando los hábitos alimenticios. Si el mundo estuviera libre de tabaco, se salvaría un millón de vidas al año. Diez por ciento de los casos de cáncer que se originan anualmente (pulmón, garganta, vejiga, etc.) está altamente influído por el tabaco.

Cazap ofreció esa panorámica al dictar en el hotel Meliá, con los auspicios de Laboratorio Bagó, de Argentina,  la conferencia “Perspectivas y oportunidades de la oncología latinoamericana en el actual contexto internacional”. Esta empresa, una de las más importantes de Argentina y Latinoamérica en el campo farmacéutico, presentó a los médicos locales su nueva línea de productos oncológicos y biotecnológicos.

Cazap, presidente de la Sociedad Latinoamericana y del Caribe de Oncología Médica (SLACOM), explicó que los estragos del cáncer en el mundo no reciben la publicidad internacional adecuada a pesar de las decenas de miles de víctimas anuales.

Para destacar la envergadura de la enfermedad, observó que  el volumen de víctimas anuales es superior varias veces a los muertos en la caída de las torres gemelas de Nueva York y mucho más a los fallecidos en el maremoto de Asia. 

“El riesgo de sufrir cáncer en el mundo de hoy es, para cualquier persona, de uno en dos, lo que significa que el cáncer es la aventura más probable de nuestra existencia”,  dijo Cazap para reclamar mayores recursos para la lucha contra la enfermedad.

Afirmó que si se emplearan correctamente los métodos  diagnósticos y de tratamiento disponibles en estos momentos en el mundo, la cura de cáncer en el  mundo aumentaría notablemente. “La globalización de los recursos y de las posibilidades contra el cáncer, es uno de los puntos críticos en el avance contra la enfermedad”, añadió.

Al respecto, apuntó que hay 6 mil millones de habitantes en el planeta, pero todos los recursos científicos y tecnológicos  contra el cáncer solamente son aplicables al 15 % de la población. Y la mayoría de los recursos se aplican donde está la minoría de los pacientes.

Cazap, miembro del comité ejecutivo del  Congreso Mundial de Cáncer a celebrarse en el  2006,  abogó por que se establezcan tratamientos estándares para el cáncer, sobre todo en América Latina, y se produzca un diálogo con la  industria farmacéutica de la región para buscar alternativas y mejorar la situación de la investigación y los tratamientos.

Laboratorio Bagó

 El acto en que habló el presidente de SLACOM fue encabezado por Fernando Meza, Ramiro Rodríguez Palafox y Luis Infante, funcionarios de  Armstrong Laboratorios, de México, firma que maneja la distribución y comercialización de los productos de Bagó en la región.

Meza informó que Laboratorios Bagó posee una fuerte y creciente presencia en Latinoamérica a través de dieciocho filiales productivas y operativas establecidas en México, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Guatemala, El Salvador, Honduras, Panamá, Nicaragua, Costa Rica, República Dominicana y Venezuela.

Apuntó que Laboratorios Bagó, fundada en 1934, es gran exportador de productos farmacéuticos hacia el sudeste asiático y tiene quince años de presencia –con diversos medicamentos- en el mercado dominicano.

Laboratorios Bagó tiene como representante en República Dominicana a Mercantil Farmacéutica (MEFASA), que estuvo representada en el acto por los señores Aquíles Fernández y Félix Jiménez.