En una batalla campal a pedradas y bombas lacrimógenas terminó ayer la manifestación que frente al Congreso Nacional encabezó el diputado Pedro Botello para demandar la entrega del 30% de los fondos de pensiones a los cotizantes.
El incidente dejó un saldo de una persona herida, varios desmayados por los gases y con destrozos en la oficina de la senadora Faride Raful, así como a una decena de vehículos parqueados en la zona.
“Estamos en la antesala de lo que va a ocurrir el 27 de febrero. Para ese día estamos convocando a 4.2 millones de dominicanos para que vengan a reclamar lo que nos pertenece”, dijo Botello, del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), quien se hizo acompañar del sacerdote Rogelio Cruz.
La violencia marcó el ambiente desde el principio pues entre golpes y empujones los protestantes buscaban establecerse en la puerta principal el Congreso, pero al ser impedidos por la policía decidieron hacerlo por la puerta sur, ubicada en la Calle Juan de Dios Ventura. Sin embargo otro contingente policial logró a macanazos y bombas lacrimógenas repelerlos, continuando así la revuelta que provocó agitación dentro del Congreso, a tal punto que la seguridad bloqueó el acceso de las personas por buen tiempo.
El coronel Peralta, encargado de la seguridad narró que entre los que fueron alcanzados por las piedras estuvo el capitán Ozoria, quien recibió un impacto en la espalda, pero además la oficina del senador de La Altagracia, Virgilio Cedano, resultó dañada por la lluvia de piedras.
Agresión a oficina de Faride. La senadora del Distrito Nacional calificó como un acto de vandalismo lo ocurrido, donde casi resulta golpeada luego de que varias piedras rompieran tres ventanas de su oficina.
Raful explicó que por centímetros no resultó impactada y tuvo que ser refugiada en la oficina del Bloque de su partido en el Senado.
“No esperábamos que la turba que estaba tratando de entrar al Senado, fuera capaz de hacer el acto de vandalismo que ocurrió en el día de hoy”, dijo Raful.
Lamentó que estos grupos que calificó como turbas estén dirigidos por el congresista Pedro Botello, del cual recordó se ha visto envuelto en otras ocasiones en este tipo de actos.
Llamó al Congreso a hacer algo al respecto para evitar que las vidas, tanto de congresistas, la prensa y el personal administrativo se ponga en riesgo. “Los reclamos son válidos siempre y cuando se hagan con argumentos”, expresó.
El silencio de Eduardo Estrella. Ante la tensa situación varios periodistas acreditados en el Congreso intentaron tener una reacción del presidente del Senado, Eduardo Estrella, pero fue imposible. “Don Eduardo esta muy ocupado y no les puede atender”, dijo una joven en el loobie desatando la indignación de los periodistas. Luego se supo que la encargada del despacho del presidente del Senado fue quien ordenó frenar a la prensa, porque estaba reunido con un diputado y no sabía cuando terminaría.