El cardenal Danneels ofrece el “antídoto”
para la depresión y la desesperación

El cardenal Danneels ofrece el “antídoto” <BR>para la depresión y la desesperación

BANGKOK, (Alc/ACPress.net).-Cuando el gobierno de Brasil – el país con mayor población católica en todo el mundo- repartió la cifra récord de 10 millones de condones en febrero pasado, en vísperas del Carnaval, la medida provocó una reacción negativa de la Iglesia Católica que, como sus pares en otras partes el mundo, se opone a la distribución de contraceptivos.

CATOLICOS

La Iglesia Católica predica la castidad y alega que la única respuesta duradera a la epidemia del sida es el comportamiento moral, un comportamiento que rechaza la promiscuidad y practica la abstinencia y la fidelidad en las relaciones sexuales.

En meses recientes, algunos cardenales católicos llegaron a afirmar que el uso del condón no aseguraba la protección contra la infección del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), lo que para muchos constituyó un ataque imprudente y sin fundamentos contra uno de los métodos universalmente aceptados para un sexo altamente seguro.

PROTESTANTES

En Kenya, uno de los países africanos más seriamente afectados por la epidemia de SIDA, el Consejo Nacional de Iglesias (NCCK por sus siglas en inglés) ha mostrado una actitud radicalmente diferente: ha pedido al gobierno que considere una reducción en el precio de los condones femeninos ya que, como dijo la presidenta del organismo, Mary Githinji, esa medida ayudaría a reducir las enfermedades transmitidas sexualmente, entre ellas el VIH y el SIDA.

La actitud del NCCK es común a otros organismos de iglesias africanos en los que no participa la Iglesia Católica. En una reunión celebrada en Nairobi el pasado mes de junio, la Conferencia de Iglesias de Toda África promovió el uso del condón como una herramienta para prevenir la infección del VIH y su presidente, el Rev. Nyasako-Ni-Nku, dijo que aquellos que se oponen a su uso pronto se darán cuenta de cuán importante es para salvar vidas humanas.

En algunas iglesias evangélicas que no se oponen necesariamente al uso de anticonceptivos, aunque se ve la promoción indiscriminada del condón como uno de los principales medios para evitar la infección del virus de inmunodeficiencia humana equivale a promover la promiscuidad.

Por eso prefieren una aproximación más integral para encarar el problema que promueve la abstinencia, la fidelidad y, si éstas no son posibles, el uso del condón. Pero ni siquiera esta estrategia satisface a todos en la comunidad cristiana, porque en muchas comunidades y sociedades, afirman, la decisión final sobre la abstinencia y la fidelidad es una prerrogativa casi exclusiva de los hombres.

ISLÁMICOS

Así como en las iglesias cristianas, la comunidad islámica no ha escapado del polémico y sensible debate. Como a los prelados cristianos, los líderes islámicos temen que el uso del condón abra la puerta para las relaciones extra matrimoniales, que son estrictamente prohibidas en el Corán.

El problema alcanza su mayor virulencia cuando los líderes religiosos se sienten obligados a criticar las campañas gubernamentales contra el uso del condón. Pero en algunos países que son duramente azotados por el flagelo del sida, esos líderes han asumido una actitud de no interferencia en los asuntos públicos.

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