POR LLENNIS JIMÉNEZ
El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez reclamó ayer mayor vigilancia ciudadana en los barrios y la renovación amplia de la Policía Nacional, dotándola de gente joven, profesional y bien pagada. Pidió, además, sanción y castigo para los delincuentes. Mientras que el coordinador de la Pastoral Penitenciaria, fray Arístides Jiménez Richardson, advirtió que en el país urge una política penitenciaria, con inversión en la prevención del crimen.

Dijo que sólo en nueve cárceles del país no hay tráfico de drogas, ni de armas, porque están en el nuevo modelo penitenciario.

El arzobispo metropolitano de Santo Domingo señaló, al ser entrevistado en la Catedral Primada de América, que es necesario seguir saneando la Policía Nacional.

López Rodríguez y Jiménez Richardson coincidieron en que durante muchos años los policías han tenido algún tipo de complicidad en las cárceles, no sólo en drogas, sino también con los famosos colmados, situaciones que debe ser eliminadas.

Al presidir en la Catedral una eucaristía en acción de gracias por el XIV aniversario de la Fundación de Profesionales para el Desarrollo de la República Dominicana (FUNDAPRO-RD), a la que antes de finalizar se presentó el cardenal, fray Jiménez Richardson abogó porque los policías sean sacados del resto de las cárceles del país, debido a que esa no es su misión, sino perseguir el delito.

Dijo que la seguridad de los recintos penitenciarios la tiene un cuerpo de reeducación especial, ordenado en la Ley 224. Acusó a las autoridades de sólo invertir en la represión, en lugar de destinar recursos a la prevención del delito.

Asimismo, habló de la necesidad de capacitar a los jóvenes profesionales.

Por otro lado, el cardenal López Rodríguez indicó que se debe esperar a los nuevos legisladores para debatir el tema de la reforma constitucional y dijo que si el presidente Leonel Fernández prefiere que haya una amplia consulta al pueblo, lo mejor es que la gente opine y se obtenga el parecer de los especialistas.

El prelado católico no descartó que la reforma a la Constitución se pueda garantizar también mediante una constituyente, debido a que mucha gente no entiende el mecanismo legal de la consulta. Aunque enfatizó que con una consulta popular, la gente tendría más derecho a opinar y a decir lo que realmente le interesa o necesita.

Sobre la delincuencia y la función de Barrio Seguro, opinó que se debe esperar la efectividad del programa, porque en dos o tres semanas no se erradica un problema, en virtud de que residentes de los barrios dicen que los delincuentes se mudan a otras zonas, según llega la policía.

Pidió que se solucionen los problemas de la delincuencia en lugar de trasladarlo de un sitio a otro.

El arzobispo planteó que hace falta mayor seguridad como elemento disuasivo para que el delincuente sepa que la población no está desprotegida.