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En mi artículo anterior (29 sept. 2017), hice un rápido recorrido de los antecedentes cercanos de la situación que se fue produciendo en el Caribe desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Una revisión de la situación de la gran mayoría de los países del Caribe, verdadera “frontera infernal” de los Estados Unidos, fruto de su influencia y desastres naturales a los que no es ajena a esa súper potencia por el calentamiento de la tierra y la extracción de hidrocarburos mediante el “fracking” de las placas tectónicas; sirven de marco a la realidad dominicana que comentaremos la próxima semana.
1. México fue despojada por los Estados Unidos de gran parte de su territorio en el siglo XIX y en el XX sufrió intervenciones militares y económicas varias, ahora sufre las consecuencias con su conversión progresiva en un narco-estado por las mafias, la macro-corrupción, y por las deportaciones masivas, el proteccionismo norteamericano y la discriminación de la administración Trump.
2. Colombia, que pareciera estar superando más de 50 años de una cruenta guerra civil, puede caer bajo el dominio de bandas criminales sin mayor connotación política, a juzgar por el gran crecimiento experimentado en los cultivos, elaboración y tráfico de drogas.
3. Venezuela, cansada de una democracia que apenas beneficiaba a unas minorías, no obstante el crecimiento que experimentó durante 45 años, cayó en un gobierno populista a ultranza que sin embargo satisfacía parte de los deseos de superación de las clases populares; hasta que terminó por quebrar las bases productivas, financieras y de comercialización del país; para caer postrada por las carencias económicas y una dictadura represiva, en un país tan rico en recursos naturales.
4. Cuba, cuya revolución socialista supo resistir los embates imperialistas norteamericanos, ha sido incapaz, no solo por el bloqueo de ese país, de buscar una vía para superar el subdesarrollo y el autoritarismo, para permitir ciertos niveles de iniciativa privada y tolerancia social que superen las trabas burocráticas y la intervención del creciente poder militar.
5. En Jamaica, la drogadicción y la criminalidad han permeado gran parte de la sociedad, aunque la injerencia norteamericana no ha hecho sentir menos en esta ex colonia británica.
6. Puerto Rico, Estado Libre Asociado; que no es estado ni libre ni asociado; cuya ciudadanía sirve solo para los que emigran a Norteamérica; donde la aparente prosperidad de unos años servía para mostrar las bondades del capitalismo durante la guerra fría; hoy sufre las consecuencias devastadoras de la bancarrota gubernamental, la criminalidad y la drogadicción, agravadas por los efectos terribles del huracán María.
7. Guatemala, El Salvador y Honduras son tierras de degradación humana, y el pandillerismo rampante, que impulsan la emigración a todo trance.
8. Nicaragua no logra despegar de los conflictos sociales y el daño económico de Centroamérica; aunque su situación no llega a los niveles de sus vecinos del norte.
9. Costa Rica y Panamá están en mejor situación, la primera por su tradición institucionalista y la segunda por el boom económico que ha generado la ampliación del canal y la recuperación de su soberanía sobre la zona circundante.
10. Finalmente Haití, devastado por terremotos, ciclones, narcotraficantes, una oligarquía insaciable y líderes populistas, se ha convertido en un estado fallido e intervenido.