El Caribe pasa de “regionalismo cerrado”
a “regionalismo abierto”

El Caribe pasa de “regionalismo cerrado” <BR>a “regionalismo abierto”

POR CLAUDIO CABRERA
Un gran cambio experimentado entre los países de esta región del Caribe consiste en haber pasado desde una concepción de “regionalismo cerrado” que levantaba barreras alrededor de los países, hacia una noción de “regionalismo abierto”. Este último planteamiento permite a los países crear las condiciones para facilitar el comercio sin barreras contra el resto del mundo.

Según lo enfoca el politólogo chileno Jorge Heine, ex presidente de la Asociación de Estudios del Caribe, mediante aquellas concepciones prevalecientes en las economías entre los años 50, 60 y 70, se estableció una tendencia a cerrarse frente al comercio exterior.

Heine, actualmente embajador de Chile en un país asiático y con vasta trayectoria académica en la Universidad de Puerto Rico (UPR), considera que con esos anillados esquemas, entre los que destacó el Pacto Andino, el Acuerdo Latinoamericano de Desarrollo e Integración (ALADI), el Caricom y Centroamérica, se estableció una concepción de regionalismo cerrado que impusieron barreras para comercializar entre naciones vecinas.

“Pero el concepto que está tomando mucho vuelo ahora, sobre todo en los últimos años, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha recogido, como lo es la noción de regionalismo abierto”, sostiene.

Se refiere a que los propios países creen ciertas condiciones que faciliten el comercio, pero que al mismo tiempo se pueda entender que eso no significa levantar barreras contra el resto del mundo, sino que se procura “potenciarnos entre nosotros”.

Esto creará las condiciones para poder, luego, competir en forma más efectiva con el resto del mundo. La noción resulta muy importante ya que los entes regionales como Caricom, el Mercado Común Centroamericano y otros, pueden hacer de “ladrillos”, de “bloques de construcción” para entidades mucho más ambiciosas, como podría ser eventualmente el ALCA.

Al reflexionar sobre el impacto que representa el proceso de apertura en la región, así como la globalización económica y comercial, plantea que el Caribe ha contado históricamente con las economías más abiertas de los países del Tercer Mundo.

“Precisamente por tratares de economías pequeñas que no tienen mercados internos a lo cual volcarse, su única alternativa es los mercados internacionales”, sostiene.

Criticó la existencia de dos posiciones en torno al tema de la globalización, a su juicio, ambas “equivocadas”.

La primera consiste en señalar que la globalización es una tremenda amenaza “y lo que tenemos que hacer es cerrar las ventanas y las puertas y de alguna manera evitar que entre esta marea que se nos viene encima”.

Considera la postura “no viable”, porque la globalización es como el verano que viene y está con nosotros y no podemos hacer nada perfecto para evitarlo. La segunda actitud equívoca consiste en aplaudirla y abrazarla y decir que se trata de una maravilla y una panacea que va a resolver todos los problemas, entiende.

Esto no es así, porque implica potenciales beneficios, pero también implica sacrificios grandes.

Estima que la actitud correcta de los países es ver que conlleva grandes posibilidades que no existían antes y que de aprovecharse, pueden traer grandes beneficios, crecimiento y desarrollo, a pesar de los peligros que conlleva.

Resalta que el gran papel de los gobiernos es saber actuar correctamente e identificar cuáles son las oportunidades, cuáles los peligros y tomar las medidas acordes. En este sentido, citó el caso del turismo en el país, en lo cual se han desarrollado grandes ventajas competitivas a favor de la economía dominicana.

¿CUÁNDO LLEGAR AL ALCA?

Aunque el Acuerdo de Libre Comercio de Las Américas (ALCA) fue el objetivo de integración regional que ha conducido a todos los países del  área a emprender muchas reformas para lograr la adaptación a este gran esfuerzo de libre comercio, Heine sostiene que a estas alturas está previsto que ese objetivo ya no podrá alcanzarse en un corto plazo.

Recuerda que en el año de 1998, en la Cumbre de Las Américas celebrada en Santiago de Chile, se estableció un compromiso de que el ALCA estuviese constituido para el año 2005.

“Ya estamos en el 2005 y ese compromiso parece no cristalizar, por lo menos, en lo inmediato, aunque se ha avanzado mucho, lo cual se evidencia en la cristalización de varios acuerdos bilaterales de libre comercio, como fue el caso de Chile con Estados Unidos y en este momento el Cafta-RD está avanzando bastante rápido”.

De aquí que estime necesario observar lo que hará el Congreso estadounidense con el Cafta-RD, pues si no lo aprueba daría una señal muy compleja, ya que mientras por un lado su gobierno lo considera necesario para fines de integrar un mercado único, por otro lo rechazarían sus legisladores.

Para Heine, todas las evidencias prácticas indican que aquellos países en que se produce la apertura económica tienden a crecer más rápido que en aquellos con economías muy cerradas. Tal es el caso de la República Dominicana, que ha logrado importantes avances en la medida en que ha ido aperturando su economía.

DESAFÍOS DE LA OEA: GOBERNABILIDAD E INSTITUCIONALIDAD

Una preocupación externada entre empresarios, políticos y sectores importantes de los países de la región en torno al proceso de integración, lo constituye el hecho de que actualmente prevalecen grandes diferencias económicas, institucionales y en varios órdenes, lo cual podría obstaculizar la integración.

Al respecto, el antiguo presidente de la Asociación de Estudios del Caribe, sostiene que uno de los desafíos más importantes que confronta la Organización de los Estados Americanos (OEA), consiste justamente en la necesidad de enfrentar las disparidades en el proceso de integración de los países, pero a nivel institucional.

“Creo que el papel de la OEA como tal no debe enfocarse en temas de desarrollo económico, pues para eso está la Cepal, está el BID y muchas otras entidades que cuentan con mayores ventajas comparativas que este organismo”.

Uno de los aspectos claves en que dicha organización haría un papel estelar y establecer la diferencia, son los relacionados con la gobernabilidad, pues las instituciones democráticas en América Latina están afrontando serios desafíos en este orden.

El experto académico, que participó en la reunión anual que se celebró en el país desde el pasado lunes, plantea que en los años 60 y 70 los gobiernos electos eran derrocados por golpes militares, pero que hoy en día el problema no es ese.

 “Los gobiernos tienen que dejar los cargos antes de que termine su período por las movilizaciones sociales de la población”.

Expone esta situación como ejemplo de ingobernabilidad, “lo cual es muy serio, por lo cual la OEA puede jugar un papel muy importante, a nivel de fortalecer las instituciones democráticas”.

En este orden, hay ciertos problemas que son de carácter regional y que no se puede pretender que los países los resuelvan individualmente.

 Por ejemplo, el tema del narcotráfico, lo cual no puede enfrentarlo hoy en día un país sólo; también el tema del crimen organizado, que opera transnacionalmente.

Otros temas relativos al medio ambiente y que obviamente afectan a muchos países, “en los que creemos que también la OEA tiene igualmente un papel articulador muy importante”.

VISIÓN DEL GRAN CARIBE

El ex presidente de la entidad, cuya 30 reunión se efectuó en el Hotel V Centenario teniendo como anfitrión a la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), sostiene que una de las virtudes de la organización consiste en que es una entidad dedicada a pensar el concepto del gran Caribe, lo cual no hacen otras asociaciones.

Resaltó que esta entidad está realizando grandes progresos en las investigaciones en todos los órdenes, incluyendo en el área del pensamiento político y social.

El pasado miércoles se efectuó un panel para comparar el pensamiento entre Juan Bosch, Eric Williams y Gordon Lewis, que son politólogos e historiadores de la región.

“El pensar en la región y el observar hacia dónde va, es una tarea que ha acometido esta Asociación con especial ímpetu, en vista de que se encontraba muy disperso el pensamiento en tal sentido”.

Resaltó que ya se está abandonando la tendencia que prevalecía, de efectuar los análisis en cada una de las islas, mientras se dejaba de lado la visión general de la región como un todo generalizado.

Por eso señala que la condición caribeña, en parte importante es una condición regional y que lo que pasa en cada uno de sus integrantes depende en parte importante de esa dinámica regional.

“Si se pierde esa dinámica -resalta Heine-, dejamos de entender los fenómenos que se dan a nivel de los países. Esta es la perspectiva que ofrece este organismo”, dijo.

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