El caso de Amable Aristy Castro

El caso de Amable Aristy Castro

REGINALDO ATANAY
Nueva York.- Amable Aristy Castro fue presidente del Senado de la República Dominicana en por lo menos dos oportunidades. Su posición política le impuso el deber de tomar el juramento a dos presidentes de su país: Joaquín Balaguer y Leonel Fernández.

Es secretario general de la Liga Municipal Dominicana, una poderosa institución que regula y administra los ayuntamientos de todo el país. Se postuló nuevamente para ser senador por su provincia La Altagracia, y ganó; pero no se ha juramentado. Luce que prefiere seguir en la Liga, y parece que así será.

Hace unas semanas, la Embajada de Estados Unidos en Santo Domingo emitió un escueto comunicado, en el que informa que ese país le suspendió la visa de visitante que tenía Aristy Castro.

El anuncio causó revuelo. Y andan sueltas por todo el país muchas interrogantes, en procura de saber qué motivó que los del gobierno estadounidense le suspendieran la visa al veterano político, dirigente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), y pre candidato a la Presidencia de la República, por ese partido.

Cuando un gobierno le suspende la visa de entrada a su país a un extranjero, se supone que toma esa determinación porque considera que la persona no reúne las cualidades morales o económicas, para entrar a ese país.

Hasta ahora, Aristy Castro ha sido un hombre público de conducta recta (nadie ha probado lo contrario) y la Embajada de Estados Unidos se niega a decir por qué le ha retirado la visa al funcionario dominicano.

Desde luego que eso de “suspensión de visas” lo ha usado la Embajada de EE.UU en Santo Domingo en muchas otras ocasiones contra políticos, militares, comerciantes… con lo que pretende constituirse en juez de conductas ajenas, cosa que, de alguna manera, le agrega nuevas antipatías al gobierno de la patria del poeta Withman. Y de Benjamín Franklin.

Al señor Aristy Castro lo hemos visto sólo dos veces en la vida. La primera, en una ocasión que visitó Nueva York junto a otros dirigentes del PRSC, entre ellos el presidente, Federico Antún Batlle; y en la otra, que le hicimos una entrevista en un hotel de Manhattan, donde se hospedaba, en viaje de tanteo político y nos pareció también que de relaciones de familia.

La impresión que recogimos entonces de Aristy Castro es que es un hombre de gran confianza en sí mismo; seguro de lo que busca y de lo que quiere, y de un tacto finísimo para referirse a otros políticos tanto de su propio partido, como de las entidades adversas al PRSC.

Se dice que Aristy fue el arquitecto del pacto que, para ir a las elecciones congresuales y municipales que se efectuaron en República Dominicana en mayo pasado firmaron su partido y el Revolucionario Dominicano (PRD).

Sobre ese pacto hubo, como es natural, opiniones a favor y en contra. La nuestra fue en contra, pues entendíamos que el PRSC perdía prestigio y personalidad, al arrimarse a otro partido, pero eso fue lo que acordó mayoritariamente la jerarquía reformista, y así se hizo.

Y sabemos que algunos dirigentes reformistas no estuvieron de acuerdo con ese pacto, pero que se quedaron en silencio, por razones de disciplina partidaria.

Más eso, no fue ni es pecado. Fue una maniobra política en la que el mismo Amable y su hija Karina, alcaldesa del municipio de Higüey, salieron triunfantes, junto a otros correligionarios suyos.

En la entrevista que le hiciéramos meses atrás al ex presidente del Senado, dijo que su meta es llegar a la Presidencia de la República, y que hacia esa dirección está trabajando.

Y recordó, entonces, que en sus lides políticas no ha tenido derrota alguna; que todos los objetivos que se ha propuesto obtener, los ha conseguido.

Ahora la Embajada de Estados ha puesto un piedra en uno de los zapatos de Amable, quién sabe con qué propósito definido, aunque de entrada se sospecha que es para hacerle daño. El perjudicado ha guardado silencio a ese respecto.

Dicen que la cancelación de la visa data no de estos días, sino de muchos meses antes. Y puede que sea así.

Porque en julio pasado, el asambleísta estatal de Nueva York, Rubén Díaz Jr., y su padre, el senador estatal y reverendo Rubén Díaz ofrecieron una fiesta en el condado de El Bronx, denominada “Abrazo Dominicano” en la que le hicieron reconocimiento a varios dominicanos, entre ellos a Aristy Castro, y a quien esto escribe.

A esa sesión, Amable no asistió. Fue, si, un abogado dominicano quien representó a Aristy, y quien, al recibir la presea, dijo que el político dominicano no podía asistir por múltiples compromisos que tenía en Dominicana.

Y Amable tampoco acudió, dos días después, a la “Gran Parada Dominicana de El Bronx”, a la que estaba invitado.

Luce que, definitivamente, la Embajada de Estados Unidos no va a dar una información explicativa de la suspensión de visa a Aristy Castro. Y eso, tampoco es pecado; es el derecho que le asiste a cualquier país de dejar o no entrar a un extranjero en su país.

Más eso, de no exponer las razones, puede que le reste simpatía al gobierno norteamericano, y que sirva de acicate para que los adversarios de los estadounidenses, hagan hincapié en las otras cosas desfavorable que han dicho, del gobierno norteamericano.

Para la meditación de hoy: Date prisa en ser tú mismo. Usa los conocimientos que te ha dado la experiencia, pero no sucumbas en eso de querer como otros. Tu diseño humano, espiritual y mental, es único. Tú, todo, eres como una huella digital: irrepetible. Así pues, compórtate como lo que eres: una piedra angular de la humanidad que ayuda al avance de las generaciones…

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