El caso de Balaguer

El caso de Balaguer

POR JULIO CÉSAR CASTAÑOS GUZMÁN
La historia, esa gran mentirosa, tendrá que hacerle al doctor Balaguer el reconocimiento de ser uno de los pocos gobernantes del mundo, que, saliendo de las entrañas de un régimen absolutista evolucionó a un gobierno democrático. Me explico. Comenzar como demócrata y hacerse dictador es más fácil que iniciarse dictador y trocarse demócrata; pero, todavía es más frecuente, investirse demócrata y terminar demagogo; o, sustentarse en la soberanía dictatorial para concluir de tirano.

En la corruptela de la esencia de las formas de gobierno es también frecuente cierta degradación de la aristocracia hacia la oligarquía; pero, difícil de la misma oligarquía a la democracia, ello así, por el innegociable desprecio de las élites por la plebe.

Por todo esto juzgo vital para el conocimiento de la política dominicana contemporánea, el acercarse con un lenguaje adecuado a este formidable gladiador y competidor político, a fin de interpretar correctamente este período nuestro. Veamos.

El Balaguermóvil: era en sí mismo el argumento de una profecía: Balaguer omnipresente. Visible dentro de un paralelepípedo de cristal. Un ejemplar de hombre político ofertado en una vitrina itinerante que se desplazaba con sentido de procesión y ánimo de romería. Oferta política paternal y añosa que se resistía a retirarse: acogida por una parte del país que deseaba que fuera eterno. A veces, en el subconsciente público, Una referencia ante la adversidad imbricada con el reclamo: ¡Saquen al Cristo!

Las Reinas de Balaguer: fueron la expresión de cierto marketing de campaña entroncado con el galante Doctor; más que un augurio electoral, eran la adhesión cariñosa determinadas mujeres bellas que a su vez seducían a muchos a votar por su Rey. La dulce dictadura de las bellas en una democracia de feos.

También relacionadas estas Reinas con determinadas designaciones en el área de las recaudaciones, que hicieron pensar no precisamente en un paraíso tributario, sino, en una ginecocracia fiscal.

Vinculadas además, con aquella exaltación que recibió la Eva Dominicana, cuando en un momento todas las gobernaciones civiles tenían al frente una mujer. Es decir, woman power; o, el espíritu político de doña Isabel Mayer, derramado Ad-Extra Montecristi.

El Mirador del Sur: espacio verde con sobrevista al mar que preservó en un momento la política urbana del gobierno. Fue su pista de entrenamiento, su lugar preferido para desmentir con el hecho vital de que estaba caminando, el infundio preferido de sus adversarios y del propio morbo público, es decir, la especie de que estaba enfermo, o, en algunos momentos, la noticia de que murió. Sito para sus reflexiones -con influjo de humor vegetal y ráfagas marinas- mientras se ejercitó este peregrino hasta pasados los 90 años.

La Constitución de 1966: es el marco legal con que él mismo desplegó el ámbito formal en que le tocó desempeñarse en la Primera Magistratura. Pieza de Derecho Político muy combatida por sus opositores bajo los alegatos de que permite un presidencialismo faraónico que se impone en la realpolitik a los demás poderes del estado. No puede dejarse de lado los espléndidos servicios que le prestó a la República este flux constitucional que vistió nuestra democracia, incluso durante el «interludio» (1978-1986). En pocas palabras, esta Carta Sustantiva, es el sustrato legal de la que podría ser denominada Era de Balaguer. En las postrimerías o desenlace final de su mandato. -fue maquillada en 1994, a raíz de los acontecimientos post-electorales de ese año, con la no-reelección, el Consejo Nacional de la Magistratura, el sistema de doble vuelta y los colegios electorales cerrados (de estas reformas políticas, en actualidad, sólo sobreviven el Consejo de Magistratura y la doble vuelta).

La Máximo Gómez 25: fue en esa época la mansión equivalente al 10 de Downing Street, de los ingleses. Llamada por el vulgo como La Casa, con su propia expresión política, sus rumores y activismo. Custodiada por militares, militantes del PRSC y dos perros colies sencillamente preciosos -uno manso, otro bravo- que respondían al sobrenombre de «los doctores». Esta casa fue determinante en la política dominicana reciente, y sirvió para el ejercicio de grandes obras de filantropía a cargo de la fenecida dama Ema Balaguer de Vallejo, y para el reparto de canastas navideñas, así como de juguetes a los niños pobres el día de Reyes. En vida del Doctor fue donada por éste a la Liga Dominicana Contra el Cáncer.

Juventud con Balaguer: slogan coreado por los grupos juveniles en las caravanas y movimientos multitudinarios que celebraba el PRSC. Correspondía a un asombroso respaldo que era recibido por el Presidente de parte de muchos jóvenes. Y, se preguntaba uno: ¿Qué atractivo podría tener para un «jevito la figura chapada a la antigua del Doctor?, ¿Qué imán les atraía hacia este caballero de caminatas en saco, corbata, zapatos de vestir y sombrero negro? Sería acaso, la búsqueda desesperada de un figura paterna; o, el premio a la consistencia de una personalidad que se mostraba auténtica. Por último, sería Balaguer un quijote acometiendo los molinos de viento de la edad y la falta de visión ocupar; no sería acaso, estas debilidades aparentes, su propia fortaleza entre los bisoños mancebos.

Salto al vacío: peligro imaginario pero bastante eficaz para asustar a los hombres de negocios. Miedo capaz de galvanizar a la Nación Dominicana, para que se resignara con un viejo conocido, y no experimentara lo novedoso de otras opciones. En ese friíto en el estómago (vértigo) que sienten los dominicanos la noche del 16 de mayo mientras esperamos los primeros boletines de nuestra inicialmente siempre misteriosa JCE.

Varilla y cemento: política económica no escrita que se fue imponiendo a fuerza de inauguraciones semanales de obras de infraestructura. Presas, escuelas, caminos vecinales… puentes. Asumida eficazmente como la única manera -al decir de Peter F. Drucker- para que una economía pueda salir adelante después de una depresión. Método que le fue útil además, para hacerse imprescindible de una manera mecánica (como si fuese aspirado por la fuerza de una bomba neumática) y legitimar sus afanes como candidato a una nueva repostulación, ya que, encontraba las razones de volver… en la necesidad de terminar la obra comenzada.

Codificador: Napoleón Bonaparte o el Ogro como fue llamado por sus adversarios consiguió con los Códigos Napoleónicos, tanta o más nombradía, que con la espada en Marengo. Balaguer propició un ambiente político que destiló un nuevo Código de Trabajo, una compilación Tributaria; otro, Arancelario. Un código del Menor, así como una nueva Ley de Inversión Extranjera. Aparte de que sometió al Congreso el anteproyecto del Código Monetario y Financiero. Todo esto es francamente notable, para los que hablan de modernización del Estado.

El gallo colorao: animal de fuego que corta en el aire cuando extiende el abanico mortal de sus alas. Es el pollo indio de nuestros galleros; símbolo de la contienda que es la política. Las espuelas que son las armas, aluden a la seriedad del combate. Gallo de pelea formado al rigor del ayuno de la traba, en la disciplina del traqueo de la valla. El color representa la vistosidad de la vida, de la sangre, del lance y la pasión con que se libran las batallas de este mundo.

Muñecas y bicicletas: asistencia social para niños que nunca olvidan. Niñas que arrullando se desvían de la prostitución y se entrenan para ser madres. Niños que en el pedaleo se levantan por encima de la miseria, y al desplazarse sobreviven a su realidad paupérrima, para sobre las alas del esfuerzo soñar con un futuro mejor.

A paso de vencedores: es la arenga que consolida la carga final de las tropas en medio del humo del combate y la gritería. Una proclamación que disipa el miedo y compromete, consolidando un esfuerzo del ritmo en trancos que en el desenlace del choque relampagueante de los ejércitos conduce a la victoria.

Vuelve y vuelve: slogan mercadológico que resume toda una campaña. Aparece hoy como un valor cultural alusivo a lo siempre repetitivo porque es inexorable, indetenible; por demás necesario y conveniente. Relacionado con la inmortalidad de los grandes amores que siempre vuelven, curiosamente, por donde mismo comenzaron, como si fuera una comezón que no se disipa, porque vuelve y vuelve. Es el discurso para ser reelecto, la estrategia de permanecer dominando el ejercicio de la Presidencia en una Democracia.

La Presidencia de la República: posición señera con que remató un largo ejercicio como servidor público que se inició en el 1930 como Abogado del Estado ante el Tribunal de Tierras (conforme apunta José Israel Cuello, una designación de Cónsul en el Gobierno de Estrella Ureña es anterior aún), y a seguidas con diversos nombramientos en el exterior, durante las décadas del 30 y 40 del siglo pasado, así como, el encargo de la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores la cual fue ocupada por éste, de acuerdo a decretos consultados, en once oportunidades, y otros ministerios importantes sean la década de los 50. La vicepresidencia de la República, es el escalón que le permite una vez electo y por la renuncia del Presidente de entonces, ocupar la Silla Presidencial por primera vez, y posteriormente hace de liquidador del Partido Dominicano en los acontecimientos que siguieron a la decapitación de la tiranía trujillista. La Revolución de Abril (1965) posibilita su regreso para ser electo en tres ejercicios sucesivos; período éste de la post-guerra, sensiblemente autoritario conocido como «Los Doce Años». Después de los gobiernos del PRD, vuelve en 1986 y vuelve en 1990. En 1994, vio recortado su mandato hasta el 1996, a consecuencia del «Pacto por la Democracia». Apoyó -de forma determinante- en la segunda vuelta a Leonel Fernández en 1996 y a Hipólito Mejía en el 2000.

Si bien alcanzó a ver la llegada del siglo XXI, falleció de muerte natural a la probable edad de 96 años (2002). En sus últimos tiempos, concitó sobre sí mismo un aire de leyenda. Siendo distinguido, visitado y consultado por sus propios adversarios. Reconocido, finalmente, como una de las más grandes figuras de la política dominicana.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas