El caso de Parmalat y el Estado dominicano

El caso de Parmalat y el Estado dominicano

POR MARIO MENDEZ
Ahora que se anuncia que un grupo de inversionistas italianos venderá sus acciones en Parmalat Dominicana, es bueno hacer un poco de historia. Hace unos 10 años, el gobierno dominicano hizo un arrendamiento simbólico a un grupo de ganaderos de unos 25,000 metros cuadrados en el sector de Villa Duarte, además de edificios y maquinarias, los cuales habían sido donados al Estado por el gobierno sueco.

El objetivo de la donación, según se anunció, era dar a los ganaderos un pie de partida para un proyecto industrial, al precio simbólico de cien pesos por año. O sea, el Estado no recibió nada de este curioso proceso de privatización.

Esto permitiría, de acuerdo a lo que se dijo entonces, que los ganaderos darían al pueblo, especialmente a la niñez dominicana, leche barato, al mismo tiempo que se desarrollaría la ganadería nacional.

¿Qué pasó con los ganaderos? Que a través de los años, la empresa italiana Parmalat mantuvo un agresivo programa de aumentos de capital que llevaron la participación de los ganaderos a una mínima expresó. Por eso el poder accionario que hoy tienen los ganaderos en la empresa es insignificante, y el desarrollo de la industria que se esperaba no ha sido logrado.

Ocurrió lo mismo que en otras empresas muy conocidas con la participación accionaria del Estado.

Tampoco se logró el objetivo de suministrar leche barata a la niñez dominicana.

Lo que sí se logró fue que se aumentara el precio de leche a los ganaderos, y hay quienes afirman que esos precios son hoy de los más altos del mundo.

Mientras tanto el Estado ha perdido un activo que una vez sirvió a sus planes sociales.

Recientemente, el administrador de Parmalat, Giovanni Gottardo, afirmó que el gobierno recibe un 10 por ciento de los beneficios de la empresa, pero esto está por verse, porque en ocho años y medio esa empresa no ha generado beneficios, ya que al Estado no ha entrado dinero por ese concepto durante todo ese tiempo.

Ante el anuncio de que las acciones de los italianos han sido vendidas, cabe la pregunta de qué recibió el Estado por esta operación.

¿Qué va a pasar con los activos del gobierno? ¿Qué reciben los ganaderos?

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