El cuestionamiento público al ingeniero Diandino Peña debe inquietar a muchos políticos, funcionarios y empresarios «prósperos» que han erigido fortunas evadiendo al fisco gracias a la falta de controles que disfrutan los allegados al poder.
Su cuantiosa fortuna, conocida desde antes de ocupar una posición pública en los gobiernos del PLD, pasó desapercibida por la Cámara de Cuentas que le aceptó, sin cuestionamientos, una pobre declaración jurada de bienes.
Pero resulta que este «modesto» funcionario, que según él, vive de los 150 mil pesos mensuales que recibe como director de la OPRET, maneja un emporio de 29 empresas nacionales y extranjeras con cientos de millones de dólares en activos y efectivo.
Estos datos, aportados por la periodista Alicia Ortega en su programa El Informe, destacan que 25 de estas compañías fueron creadas después de su ingreso al Gobierno en 1996, donde se ha mantenido a cargo de la construcción del Metro.
Entre las empresas propiedad de Diandino Peña y sus hijos está Desarrollos RDC, S.A., constructora del lujoso complejo hotelero y comercial Silver Sun Gallery a un costo estimado en 800 millones de pesos.
Reconoció emplear personal en el área económica de la OPRET al mismo tiempo que en sus empresas privadas, poner a nombre de un amigo compañías millonarias y declarar inactivas empresas que mueven grandes capitales, lo que conlleva un mínimo de pago de impuestos.
La situación de Diandino sería otra si en el país la justicia fuera independiente del poder político y el perjurio y la evasión castigados. Sin embargo, como aquí reina la impunidad, Diandino Peña no será sometido a la Justicia por los actos cometidos.