El caso Wagner

El caso Wagner

“No vuelvo a República Dominicana”. Con esas palabras expresó su enojo un joven dominicano quien se presentó con el nombre de Wagner en uno de los encuentros que realizáramos con Generación de Servidores en el recorrido que hiciéramos recientemente por varias ciudades de Estados Unidos promoviendo nuestras aspiraciones a la presidencia de la República Dominicana de cara a las elecciones generales del año 2020.
Este dominicano, cuyos padres provienen del sur del país y que antes de ir a buscar nuevos horizontes al Estado de Nueva York, vivía en la comunidad de Herrera en la provincia Santo Domingo y como miles de dominicanos, decidió regresar a su país en diciembre del año 2016 para junto a los suyos pasar las tradicionales fiestas navideñas en la tierra que le vio nacer. Sin embargo, la bienvenida que recibe en su patria fue un asalto en la autopista Las Américas, a minutos de salir del aeropuerto, despojándole de todas las maletas, dinero, entre otros bienes que transportaba hacia su destino.
El indescriptible trauma vivido por Wagner y sus acompañantes le movió a tomar la decisión de no regresar a República Dominicana, decisión ésta que afortunada luego de escuchar nuestra visión de nación y propuesta de gobierno a poner en práctica a partir del año 2020, dio marcha atrás.
El caso Wagner no es el primero en su especie, pues lejos de reducir la inseguridad ciudadana que vivimos en nuestra nación a una mera “percepción”, debemos reconocer que estamos llegando a niveles inimaginables de descontrol de la delincuencia en todos los niveles en el país.

Esta situación ya comienza a sentirse en zonas del país receptoras tradicionales de remesas, pues algunos compatriotas ya han empezado a trasladar sus familiares al extranjero desde donde ellos le enviaban las remesas y así tenerlos cerca, pues a pesar de enviarle periódicamente recursos, no se sienten con la confianza de venir a su país con la frecuencia y libertad que antes lo hacían. Todo esto por la inseguridad que se vive en la nación y que esperemos en Dios no se profundice, pues de ser así, estaríamos próximo a ver afectada la participación de las remesas en el PIB dominicano.

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