El castigo infantil ¿prohibido o no?

El castigo infantil ¿prohibido o no?

El castigo siempre, ya sea físico o verbal, ha tenido como finalidad el de reducir la frecuencia de aparición de una respuesta no deseada en los niños; por lo tanto se quiere con ello  modificar una conducta.

En un sentido técnico nos referimos al castigo, sólo a la operación empírica (presentación o retiro de eventos) que reduce la frecuencia de aparición de una respuesta, y no siempre comprende el dolor físico. Sin duda, los eventos dolorosos pueden no disminuir las respuestas para las que se diseñaron como castigo, sino más bien aumentar la frecuencia de aparición de las respuestas a castigar, así como también provocar la aparición de otras respuestas disruptivas.

Sólo tres países latinoamericanos, Uruguay, Venezuela y Costa Rica prohíben totalmente los castigos físicos y psicológicos a menores de 18 años, y así es difícil erradicar la violencia infantil, que según diversos estudios  ha reflejado que cada año deja 80 mil muertos en el continente, pues llega como a seis millones de niños y niñas que sufren violencia severa en Latinoamérica.

Los especialistas en las técnicas de modificación de conductas se han preocupado por el mal uso y abuso que se hace del castigo, ya que esto favorece problemas en niños y adolescentes. El castigo más frecuente no se asocia con mejor conducta; en verdad, tanto el castigo físico como verbal (reprimendas) pueden incrementar las propias conductas (desobediencia, agresión) que los padres, maestros y otras personas desean suprimir.

Desde hace muchos años, y desde la perspectiva cognitivo-conductual (el conocimiento de la conducta), no está indicado el castigo físico como método de modificación de conductas en los niños, ya que el castigo físico, por una parte, representa un irrespeto absoluto a los derechos humanos y sobre todo de los niños, y por otra ha demostrado hasta el cansancio que no tiene poder para corregir conductas disruptivas en los niños.

Se infringe un castigo cuando no se aceptan las reglas y normas, de los ideales sociales, de creencias que desde los principios éticos y morales de una cultura busca por todos los medios disminuir la agresividad del sujeto ante su medio social y natural, o tendencias destructivas que ponen en grave peligro de disolución la vida social. Por lo tanto el castigo es una relación coactiva, que en la cotidianidad del hogar se encuentra asociada a intenciones educativas, formativas, privilegiado socialmente para instaurar en el niño regulaciones sociales que le permitan hacer lazo social.

El castigo debe ser un sentimiento amoroso, que tiene efecto protector para el niño, por ayudarlo a crecer y vivir mejor en sociedad, por lo tanto deber estar separado de la crueldad, del sadismo y venganza.

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