Somos muchos los banilejos que nos preguntamos qué pecado tan grande es que estamos expiando, por la serie de castigos furiosos que los humanos y la Naturaleza nos están enviando en oleadas constantes a nuestro querido valle de Peravia.

Y de soslayo también le toca a la fraterna región de Ocoa, que ya una vez formó parte de la provincia Peravia.

Por un lado, la Naturaleza, desde hace meses ha estado castigando con furia a todo lo que era la provincia Peravia, de Baní y Ocoa, con las grandes oleadas de lluvias que han preñado los ríos y ocasionado severos daños como los ocurridos con el paso de las tormentas Noel e Ike.

Para Ocoa se puso de manifiesto que la desolación de las lomas por cultivos mal hechos, cosa que quiso revertir el Padre Luis en su abnegada tarea de educación, entrega y ejemplo, no pudo frenarla por completo y ahora se manifiesta con cada tormenta, arrasando con tierras cultivables y dejando a la intemperie a miles de ocoeños obligados a emigrar.

En Baní, la tormenta Noel ocasionó severos daños y de cómo el arroyo Virreina, que desde hacía décadas no recibía en su lecho, ahora en menos de un año se ha visto preñado su cauce, aparte de las grandes crecientes de los ríos Baní, Bahía Ocoa y Nizao.

Pero, los castigos humanos han generado mayores daños a Baní cuando por efectos de la codicia humana han dejado maltrecha la zona.

En primer lugar la acción del narcotráfico, que desde hace años se ha instalado en la zona con gran impunidad, culminando con la masacre de Paya.

Por primera vez las autoridades la investigan, gracias a la valiente denuncia del senador provincial, que ha obligado al Gobierno a actuar y no pretender que se olvide por ser un ajuste de cuentas, como siempre ha sido lo tradicional en esos casos para que se olviden por ser un pleito entre delincuentes.

Pero el caso de la carretera San Cristóbal-Baní revela que los intereses han impedido la ejecución de la obra. Sus penurias se iniciaron en septiembre 2000 cuando el recién inaugurado gobierno del PRD anunció que renunciaba al préstamo con el BID, obtenido por el gobierno del PLD para la construcción de la vía, ya que se iba a otorgar como una concesión, con tan malos resultados que en menos de dos años no se había hecho nada y se buscó a otra empresa ahora por contrato.

Esta empresa se vio acosada por los más diversos requerimientos financieros, que todos sabemos, se estilan en las obras que concede el gobierno de grado a grado.

Los arreglos de la administración del PRD no tuvieron continuidad con la del PLD, que después del 16 de agosto pasado, se enturbiaron cuando Obras Públicas anunció la rescisión del contrato para otorgárselo a otras dos empresas más simpáticas a los intereses morados, obviando el proceso de concurso y aumentando el costo en más de un 30%.

Baní está padeciendo los castigos en su infierno particular por la agresividad de la Naturaleza y por los humanos, que por sus codicias, afectan  los intereses del bien común bajo la carga del narcotráfico, o de trastornar la terminación de la carretera si los agraciados con el contrato no tienen disponible suficiente equipo para concluirla en un tiempo razonable.