El CÁUCASO un destino para valientes

El CÁUCASO un destino para valientes

Aunque es más segura que otras regiones con turismo masivo, la guía “Lonely Planet” sigue desaconsejando viajar particularmente a Chechenia y Daguestán, mientras los defensores de derechos humanos denuncian que el Cáucaso musulmán ha ganado seguridad a costa de la creación de pequeños enclaves policiales en los que no hay cabida para la disidencia.

Pero alguien tiene que dar el primer paso. Los turistas rusos y extranjeros que han decidido vencer el miedo y adentrarse en el polvorín del Cáucaso son conscientes de que no es un lugar para mochileros haciendo autostop, pero bien merece una excursión organizada, ya que esconde una cultura y unos parajes únicos. Sería un desperdicio que siguieran siendo un misterio para el mundo.

Aún es pronto para izar la bandera verde, pero la roja ya está de capa caída. El Cáucaso ruso ya no es territorio comanche, sino una región con fortalezas con miles de años de antigüedad, montañas, lagos y desfiladeros que quitan el aliento, mezquitas inigualables, pintorescos mercados y rostros bíblicos deseando romper su aislamiento secular.

Por algo este territorio encajado entre los mares Negro y Caspio dejó prendados con su belleza a Alejandro Magno, Heródoto, Marco Polo, Tamerlán, Pushkin o Tolstói.

Chechenia. Es sin duda la que más se juega en el emvite. Un paso en falso puede devolver la república a los tiempos en que su solo nombre causaba escalofríos al que lo pronunciaba.
Quizás por eso, las autoridades se lo han tomado muy en serio al apostar por un radical cambio de imagen.

Como resultado, Chechenia se parece más a un emirato del Golfo Pérsico que a una región del sur de Rusia. Las calles están impolutas, las mezquitas son lujosas y los preceptos musulmanes son respetados a rajatabla.

Grozni, que prácticamente desapareció de la faz de la tierra durante la primera guerra chechena (1994-96), como antes Dresde o Pionyang, es ahora una de las ciudades más modernas de Rusia.

Cuenta con la mezquita más grande de Europa, construida al estilo otomano y con un interior que recuerda, tanto a Hagia Sophia (Estambul), como a la mezquita de Córdoba (España). Además, está rodeada por la Grozni City, un centro financiero y hotelero con cinco rascacielos, que es la envidia del país.

“Hemos levantado la república de las cenizas. Todo estaba destruido. No hay nada que temer. Viene gente de todos los rincones del mundo. Los chechenes somos gente hospitalaria. Los invitados son sagrados. No debe caerles ni un solo pelo. Si les ocurre algo, es una vergüenza para toda la vida”, comentó a Efe un funcionario local.

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