¡El CCT: marcando la diferencia!

¡El CCT: marcando la diferencia!

Hacia mediados de julio del 2011, el Centro Cultural de las Telecomunicaciones abría sus puertas con una visión museística centrada esencialmente en mostrar el proceso de desarrollo histórico y sociocultural de las telecomunicaciones, tanto en la República Dominicana como a nivel global. Y hoy resulta sumamente grato apreciar cómo la profundidad y la diversidad del programa de actividades que con rigor apasionado ha desarrollado en tan breve jornada el equipo de trabajo del CCT, se tornan en las claves transformadoras de uno de los espacios culturales dominicanos más abiertos, dinámicos y vitales de la actualidad.

El CCT, localizado en la calle Isabel La Católica, esquina Emiliano Tejera, Ciudad Colonial, fue relanzado con mayor fuerza y entusiasmo en octubre del 2013 por el Lic. Gedeón Santos, presidente del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel), quien apuntaba en la ocasión: “El relanzamiento del Centro Cultural de las Telecomunicaciones es el resultado de transformaciones consistentes en una reingeniería dirigida a democratizar la visión cultural y tecnológica, así como fortalecer y difundir las artes en todas sus expresiones: cine, televisión, plásticas, literatura, poesía, además de las áreas científicas y tecnológicas”…

Entonces, impactando la consciencia de muchos creadores, gestores, promotores y estudiosos del arte y la cultura, Gedeón Santos enfatizaba sobre “una nueva visión de la cultura” y en torno al reto de “superar la dispersión” por parte de los diversos sectores que inciden, tanto en la producción artística como en la actividad cultural de nuestro país, a la hora de reclamar y/o recibir el apoyo económico justo y merecido. Pero, mi mayor inquietud tenía (y aún tiene) que ver con su inesperada, implicante y visionaria consideración filosófica de que “carece de sentido cualquier avance tecnológico y crecimiento económico que no lleve al hombre y a la mujer a la felicidad”…

Precisamente, en este sentido, el discurso de Gedeón Santos coincide con el de Amartya Sen (1933), economista, matemático y filósofo indio; ganador del Premio Nobel de Economía (1998) por sus aportes a la teoría de la “elección social”; inventor del concepto de “capacidad” que evalúa las posibilidades de ejercer la libertad que tendrían los individuos y las comunidades en las sociedades democráticas contemporáneas.

Junto a su colega y compañero de estudios en Cambridge, el pakistaní Mahbub ul Haq (1934-1998), exdirector del Programa Mundial de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Amartya Sen es uno de los “profetas” del desarrollo humano sostenible y sus investigaciones han sido clave en el proceso de conceptualización del índice de desarrollo humano (IDH) que emite la ONU desde hace más de tres décadas. Asimismo, Sen está considerado como uno de los más influyentes pensadores contemporáneos en temas sobre desarrollo sostenible, ética, economía, libertad y democracia.

En el 2009, a solicitud de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Amartya Sen y su colega, el también Premio Nobel Joseph Stiglitz (1943), elaboraron un informe en el cual proponían un nuevo indicador estadístico adicional al Producto Interno Bruto (PIB) y, además de los ingresos, recomendaban considerar la felicidad, la calidad de vida, la libertad, el acceso a la cultura, la capacidad de reflexión y el bienestar general de la ciudadanía a la hora de evaluar, tanto el éxito económico de los países avanzados como el desarrollo integral de las sociedades emergentes.

Para este brillante profesor de economía y filosofía en la Universidad de Harvard, “Los niveles de felicidad podrían ayudar a definir las políticas económicas en el mundo industrializado en la misma forma en que este tipo de factores han adquirido importancia en los países en desarrollo…Si se tienen indicadores que se concentran en el bienestar humano y la libertad, entonces se pueden pensar más rápido soluciones en esa materia…Es cuestión de ver la necesidad de un diálogo y de adaptar las políticas a un factor más humano”…

En la República Dominicana, muchos tecnócratas insensibles y otros “performeros culturales” tristemente desfasados, siguen considerando “un lujo” la inversión en los ámbitos de la cultura, la creatividad y la educación artística. Mas, lo cierto es que hoy contamos con un selecto grupo de creadores, pensadores y gestores culturales que, al igual que Amartya Sen y Gedeón Santos, se atreven a considerar la felicidad individual (que es también el bienestar de la ciudadanía) como el fin último del desarrollo integral y sostenible.

En este mismo grupo habría que incluir a los principales miembros del equipo multidisciplinario que, desde su reactivación, asume con ejemplar responsabilidad la tarea primordial de garantizar el libre acceso de los diversos sectores de nuestra sociedad a los programas educativos, así como la participación de los estudiantes de todas las regiones del país en cada una de las actividades creativas y recreativas del Centro Cultural de las Telecomunicaciones.

“Aquí el arte, las telecomunicaciones, la cultura y la tecnología, tienen un espacio especial para la difusión de los valores que hacen grande la dominicanidad”, sostiene Noé Zayas, destacado escritor y gestor cultural, nacido en San Francisco de Macorís (1969), plenamente consciente de que una estrategia de desarrollo sostenible que contemple el bienestar de las presentes y próximas generaciones, no solo implicaría un conocimiento amplio de las humanidades, la economía, las ciencias sociales y el manejo de los recursos naturales, sino también de las múltiples vías de relacionamiento, consumo y transmisión intergeneracional con que se manifiestan la espiritualidad, la creatividad popular y los valores culturales identitarios.

Así, junto a Yeyé Concepción, poeta, dramaturgo y cineasta, encargado de Creatividad y Audiovisuales; Hilario Olivo, coordinador de la Sala de Exposiciones y Leida Vincent, coordinadora de Eventos, desde la Dirección Ejecutiva del CCT, “sin figurar ni figureo” en ninguna lista de nominados al “Hombre del Año”, Noé Zayas marca la diferencia a la hora de la gestión y la acción cultural en Santo Domingo, logrando materializar una serie de eventos culturales y exposiciones artísticas cuya pertinencia, diversidad y atractivo, proyectan al CCT como una de las plataformas culturales más democrática, completa y mejor valorada de la actualidad en nuestro país…

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