El Centro Cultural Perelló en 2014

El Centro Cultural Perelló en 2014

Creado hace tres años luego de una extensa planificación y preparación, el Centro Cultural Perelló ha desarrollado los valores que fundamentaban su creación al servicio de la comunidad banileja y la cultura dominicana.

Entre participación, investigación, enseñanza en literatura y ciencias humanas, arte y artesanía, la institución sigue sosteniendo una identidad regional histórica, y tiene a orgullo enaltecer las raíces patrimoniales. Ahora bien, la programación abierta y receptiva integra presentaciones nacionales e internacionales: sus relaciones interactivas, enriquecen la personalidad local, y de manera eficiente estimulan el talento natural de los jóvenes, en particular.

Una institución modelo. Las preocupaciones y logros educativos del Centro Perelló se han ganado una merecida reputación, volviéndose un modelo de competencia, compromiso y administración de los recursos. El entretenimiento y la documentación se alían armoniosamente, con una oferta cultural permanente, acorde con las instalaciones y las normas más avanzadas de funcionamiento.

Así, ya elogiada a nivel nacional, la Mediateca, muy frecuentada, supo conquistar a la juventud de Baní, brindándole el acceso informático y la tecnología digital, ¡y es admirable comprobar cómo se ha hecho en tan poco tiempo!

Cabe señalar la convicción y la voluntad, el trabajo y el entusiasmo de la directora, Julia Castillo, y la dedicación de su equipo. Como en Santiago el Centro León, en Baní este centro es fruto del mecenazgo de una familia, los Perelló, que le han conferido un nombre. Las grandes instituciones culturales privadas dan aquí el ejemplo con sus múltiples cualidades de gestión -estricta, equilibrada, justa-.

Prestancia y belleza. No es reiterativo, como rasgo preponderante y que impresiona, subrayar la contundencia arquitectónica del Centro Cultural Perelló a la entrada de la ciudad de Baní, una obra del maestro Pedro Borrell, autor del edificio del Centro León en Santiago.

Concepción, diseño y realización comunican una impresión de claridad, transparencia y ordenamiento, invitando a entrar y dando la bienvenida.

La escala humana impera, y se suceden los ambientes acogedores. A nivel de la calle, están el salón mayor de exposiciones, el modernísimo auditorium, la mediateca, una segunda sala de exposiciones, unidades de educación y espacios polivalentes, sin olvidar la cafetería. En la segunda planta se distribuyen las oficinas de dirección y administración.

El patio interior, con la plasticidad de su diseño geométrico, el verdor de sus plantas nativas, su desplegado mural al fondo, ha crecido aun en hermosura y se siente como un corazón que late… Interviene la naturaleza, cuya preservación y rescate es una de las metas principales del Centro Cultural Perelló, su ideología, sus actuales actividades.

Exposiciones y talleres. En ese tenor ecológico se sitúa la recién inaugurada exposición de fotografías de la talentosa Amanda Livoti, “Oasis para un Nuevo Mundo”, con los auspicios de la Embajada de Francia y la Alianza Francesa.

A la primera mirada, sobresalen el encanto, la sensibilidad, la emoción –no tan usual en la fotografía–, de esas imágenes. A la segunda, estalla el drama: las reales maravillosas cañadas, el agua mansa, las plantas verdeantes, el suelo hospitalario están mancillados, agredidos, invadidos por la basura. Lloramos junto a Amanda Livoti y a Julia Castillo por los delitos de nuestros “bárbaros” depredadores de la naturaleza, y cuánto nos alegramos de la presencia de tantos escolares. ¡Ojalá aprendan y no sigan el derrotero dominicano de esa mezcla de vandalismo, negligencia y destrucción de los sitios naturales!

Como parte de esa campaña, ahora combinada con manualidades y reciclaje, está el taller sabatino donde los jóvenes metamorfosean desechos y fragmentos inservibles en objetos de arte y ornamentación. Nos fascinaron las ingeniosas mariposas: la connotación, en cuánto a su desaparición, no es inocente… El Centro hace un excelente trabajo, alentando la vocación y la reflexión.

Aparte de esta muestra, la exposición “Tributo a Ramón Oviedo” –de la apasionada colección de Fernando Báez Guerrero–, felizmente prolongada, ofrece la dicha de gozar increíbles dibujos del último premio nacional de artes plásticas.

¡En fin, que continúe su meritoria y magnífica labor el Centro Cultural Perelló!

 

 

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