El día doce del presente mes de noviembre, el gerente general del Banco Nacional de Fomento de la Vivienda y la Producción (BNV), arquitecto Joaquín Gerónimo, uno de los hombres de mayor confianza del presidente Leonel Fernández, y que por ese apelativo no puede fallar, anunció la construcción del Centro Deportivo y Cultural Juan Marichal, en los suburbios del estadio Quisqueya.

Empezando porque así como se denomina el complejo deportivo, el arquitecto Gerónimo debe encaminar un anteproyecto de la ley para que el estadio Quisqueya se denomine con el nombre del único inmortal dominicano con matrícula en Cooperstown, Templo de la Fama del Béisbol USA,  nuestro admirado Juan Marichal Sánchez (Manico).

El arquitecto Gerónimo concretizó un empréstito para el proyecto con el Banco Caixa Peral de Lisboa, Portugal, por US$75 mm que comprende edificar un hotel de 175 habitaciones, seis torres de 228 apartamentos de 14 y 19 niveles a un costo de RD$4.2 por unidad, que será ejecutado por el reputado ingeniero Jesús Rodríguez Sandoval, constructor de Malecón Center, entre otras grandes obras.

Alguna voces se han levantado contrarios a este proyecto gigante, idéntico a como se estilizó con las grandes infraestructuras que erigió el presidente Joaquín Balaguer; y lo mismo con Leonel Fernández, y al final de todo, las censuras se evaporaron pero las obras están ahí, beneficiando a millones de dominicanos.

Así debió ser cuando el faraón Keops edificó las pirámides de Giza, en los suburbios de El Cairo, hace cuatro mil años, y ahí están, para deleite y asombro de los tiempos, en el decir del poeta Cándido Gerón, y de las generaciones interminables.

Repetir el proyecto en los estadios de Santiago, SPM y SFM. ¿Porqué no?

Debe animarse el arquitecto Joaquín Gerónimo, persona a quien respeto y admiro por su sencillez, capacidad, y proseguir impertérrito con su gran  proyecto de construir el Centro Deportivo y Cultural Juan Marichal.