París. Reforzar el espíritu que presidió la creación del Centro Pompidou en 1977 y construir un futuro que pasa por entrar de lleno en la era digital, pero “sin desmaterializarlo todo”, son los grandes retos de su nuevo presidente, Serge Lasvignes.
En un encuentro con la prensa, el que fue durante nueve años secretario general del Gobierno francés detalló hoy por primera vez sus tres orientaciones estratégicas para la institución pública que dirige desde el pasado marzo.
Un espacio cultural que en 2014 recibió a más de tres millones de visitantes y que engloba al Museo Nacional de Arte Moderno, un multicine, la Biblioteca Pública de Información (BPI) y el centro de investigación musical y acústica Ircam, entre otras entidades. Cultivar la pionera “singularidad” de ser un centro de arte multidisciplinar, abrirse a la joven creación y explorar las nuevas modernidades conforman los principales ángulos de su “primera orientación».
Lasvignes anunció la preparación de dos grandes muestras para el próximo verano, sobre la “Beat Generation” y el “Arte Povera”, que movilizarán al conjunto del establecimiento, del museo al Ircam, con actuaciones de danza, “performances”, proyecciones, conferencias y encuentros.
Forman también parte de este primer capítulo de acción interdisciplinar la realización de trabajos de renovación en el edificio tubular multicolor construido por los arquitectos Renzo Piano y Richard Rogers, donde el centro tiene su sede.
Esas obras se centrarán en la entrada del museo, en la cuarta planta y en las zonas de acceso del edificio, incluida la plaza exterior y el fórum, el gran “agujero” cuadrado del subsuelo visible desde la entrada.
“Descentralizar e ir hacia nuevos públicos” es el segundo reto del mandato del nuevo director, quien dijo que ello no pasará por impulsar centros Pompidou por todo el país, “como si fuéramos una cadena de ‘fast food”, sino por la búsqueda de sinergias y complementariedad con instituciones locales y por el impulso de la educación artística.
El Centro Pompidou de Metz, inaugurado en 2010 en el noreste francés, cuyas actividades celebró por su calidad y por su número de visitantes, será pues la única sede de la institución fuera de la capital francesa.
Lasvignes aprovechará, en cambio, el traslado en los alrededores de París del almacén donde conserva sus fondos para abrirlo al público parcialmente y mantendrá la dinámica de apertura de Centros Pompidou Provisionales en el extranjero, como el inaugurado el pasado marzo en Málaga.
El próximo se abrirá en Asia, dijo a Efe el presidente, quien confirmó su interés por China y Corea del Sur, así como las negociaciones en curso con algunos países latinoamericanos.
Preocupado ante el dato de que el tiempo de visita media de una exposición no suele superar los 15 minutos, Lasvignes prometió, dentro de su “tercera orientación”, dar mayor profundidad a la presentación del arte e impulsar la dimensión crítica, para lo que se creará una “escuela del pensamiento sensible».
“Algo que no existe ni ha existido”, resaltó, y que permitirá el encuentro en artistas, conservadores y público.
Además habrá un foro anual de arte e innovación que reunirá a científicos, ingenieros, artistas y empresarios, así como exposiciones interdisciplinares que se interesarán en temas sensibles de actualidad, como las fronteras o el trabajo.
Se trata, dijo, de que el centro mantenga el carácter político que presidió su creación y sirva para “movilizar la capacidad de transgresión” y dar al debate un nuevo tono “a partir de la fuerza del arte».