El paso más importante de la rutina de higiene oral es sin lugar a dudas el cepillado, que debe durar un mínimo de sesenta segundos, es decir, dos minutos y debe llegar a todas las superficies dentarias así como a los tejidos blandos que conforman la cavidad oral.

Sin embargo el profesional de la salud oral debe recomendarle al paciente el más apropiado para su condición de salud oral, en el caso de los pacientes periodontales, aquellos que presenten afección en las encías y los tejidos que rodean al diente, el cepillo debe tener las siguientes características:

Filamentos suaves y cónicos, preferiblemente con puntas limpiadoras elevadas que faciliten la eliminación de la placa bacteriana.

Un limpiador de tejido blando, un alto porcentaje del biofilm se encuentra en la lengua y carilla, si este no es eliminado diariamente se aumentan las posibilidades de desarrollarse la enfermedad periodontal.

Su diseño debe permitir un buen acceso a la zona posterior, garantizando así la eliminación de la placa bacteriana en esa área.

Su mango debe facilitar la manipulación del cepillo, por lo tanto su diseño debe ser ergonómico y de un tamaño que corresponda a la edad del paciente para el cual fue diseñado.

No basta con que el paciente tenga las herramientas necesarias, en este caso el cepillo dental adecuado, él debe conocer y dominar una técnica de cepillado que le garantice una correcta higiene oral.

La más común es inclinando el cepillo en un ángulo de 45 grados contra la encía, de atrás hacia delante, hasta llegar a la línea media de la boca.

Repetir este procedimiento en las cuatro arcadas dentarias, tanto por la cara externa como por la interna, asegurándose de llegar a todos los dientes. Por último la lengua, las carillas también deben ser limpiados.

El cepillado por sí solo no es suficiente para una buena higiene oral, debe ser completado, con el uso del hilo dental y enjuague oral.

Recuerde prevenir es mucho más importante que curar.

Para sus preguntas puede escribir a odontodom.info@gmail.com.