El cerebro, cómo funciona

El cerebro, cómo funciona

Este “conversatorio” dominical se corresponde a la tercera entrega de seis, en las que estamos tratando de valorar la modernidad del pensamiento, y los últimos avances en lo que respecta a la compleja realidad del discernimiento humano, en esa evolución que ha conducido  a la aparición de animales con cerebros cada vez más complejos, capaces probablemente de producir vivencias conscientes.

Al alcanzar el cerebro un alto nivel de complejidad, surgió finalmente una mente “autoconsciente”, seguramente durante la evolución de los homínidos, nuestros antecesores prehistóricos, hace unos dos millones de años. Utilizaban  herramientas líticas simétricas, lo que significa una mente radicalmente nueva, dotada de capacidad para la representación intencionada. Esta mente “autoconsciente” proporciona los mecanismos necesarios para la síntesis de las variadas y sumamente complejas pautas espaciotemporales de la actividad neuronal del cerebro.

Hagamos un resumen de cómo el órgano rector funciona. Tomemos el sentido de la vista, que ha sido el más estudiado. Ahora mismo usted está frente al periódico, valorando signos, colores, tamaños, espacios y, al mismo tiempo y de acuerdo con su propia experiencia, elaborando un juicio bueno o malo de lo que está leyendo, todo esto de acuerdo a su “conciencia”, que agrupa desde la memoria genética, la que recibimos por línea de herencia, sumada a la de nuestro aprendizaje de toda la vida. Esa visión, recibida por neuronas especializadas en la retina, llega en milisegundos a la corteza occipital y en ella se valoran contrastes, luces y sombras, los colores, la profundidad, etc., en fin, todo lo que evaluamos en cualquier objeto que vemos. El cerebro, en esa activa y rápida acción, le da a esa visión “color”,  para algunos pensadores no existen los colores como tal en el mundo real.

Es decir que para que nuestro cerebro logre poner todo esos elementos en un solo pensamiento, existe lo que se ha denominado “disparo sincrónico”, un grupo neuronal que actúa como dirigente, para dirigir al unísono todas esas neuronas actuantes. Luego indiviso, se agrupa en la corteza inferotemporal. Hasta este ámbito cerebral, toda percepción es puramente sensorial: lo que significa que hasta esta parte del cerebro usted no podrá “valorar” el artículo que lee, de si es bueno o malo. Esta información pasa luego al sistema límbico o emocional de nuestro cerebro donde, con todo lo que tenemos almacenado en nuestras memorias, le damos “sentimiento”, y es  entonces cuando el pensamiento adquiere “valoración”, logra “discriminar”, se razona, llegando a la corteza cerebral, a esa sustancia “gris”, que nos diferencia de las bestias, que sólo actúan con respuestas primarias, usando los planos bajos de sus cerebros.

¿Qué de relevante tiene todo éste circuito, ese complejo pensamiento lógico, acabado, “inteligente”? ¿Qué relación guarda con todo lo que hemos aprendido y,  principalmente, en los primeros años de nuestras vidas? Es ahí donde la adecuada educación toma importancia. Desde qué edad empieza el niño a aprender, sencillamente desde el vientre de su madre está demostrado que discrimina, valora, tiene preferencias por sonidos, voces, etc. En 1974 se publicó un caso doloroso, digno de atención. La niña Genie había sido mantenida en completo aislamiento por su padre, un enfermo mental, sin ninguna experiencia lingüística hasta el momento que fue descubierta, a la edad de 13 años y medio. La joven no sabía articular  ni una palabra, y en un test cognitivo no verbal sólo obtuvo la puntuación de un niño de 15 meses, logrando posteriormente algunos progresos. No ha logrado la correspondencia con su edad biológica.

¿Porqué los niños de los tugurios están generalmente atrasados, con rendimiento  deficiente? Es, sencillamente, por la escasa estimulación. Por eso es tan importante no sólo la motivante educación, sino también hogares funcionales. 

Ojalá recibieran todos los niños afectos, estímulos, instigaciones, y nada a decir de una buena educación. Continuaremos con este interesante tema el próximo domingo, el “perfeccionamiento” de la inteligencia infantil será la razón de ese “conversatorio”.

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