El cerebro humano es una muy compleja “computadora” diseñada para evolucionar, nada es estático en él, si no muy cambiante de acuerdo a cada período de la vida. Podríamos preguntarnos y hasta justificar en bases neurológicas esos cambios que ocurren en nuestro órgano rector. Desde la perspectiva de la evolución biológica uno de los aspectos más impactante es el tan largo periodo de inmadurez de los humanos. Nosotros tenemos por mucho una más larga infancia que cualquier otra especie sobre el globo terráqueo.
El cerebro de los bebes es más flexible que el de los adultos, ellos tienen mucho más células neuronales que nosotros, pero no están desarrolladas y ni son tan eficientes ni maduras como en el adulto, pero lo lograrán más tarde, su región cerebral prefrontal (personalidad), madura hasta los veinte años aproximadamente.
Poco después del décimo cumpleaños los niños empiezan a cambiar, pueden pasar de una exuberante alegría a una tristeza que uno no se la explica. Presentándose en ocasiones una especie de “caos de la emoción”, que los hace ir desde la rebeldía, la irritabilidad, a tardes de melancolía. En esa edad, el cuerpo crece tan rápidamente, que el cerebro no tiene el total control, principalmente de los movimientos finos. Aparecen los elementos que hablan de la madurez sexual en uno y otro sexo, desde los cambios en el cuerpo de las niñas a “señoritas” (primera menstruación) y en los varones desde los esbozos de bigotes, fuertes olores corporales, hasta voz “ronca”, acompañados ambos sexos de las “espinillas”. Lo que está pasando en ese cerebro es el inicio de la descarga de hormonas sexuales, que producen cambios biológicos y emocionales, acompañados de la madurez sexual. Al principio de la pubertad, la molécula transmisora Kisspetina activa determinadas hormonas en el hipotálamo. Estas ponen en marcha una serie de procesos que dirigen la maduración. El hipotálamo, es la región en la parte media y profunda del cerebro, si trazamos una línea entre las cejas ahí estará. Esta es el área hormonal del cerebro, está sobre la hipófisis, que es una “almendra” en el centro del cerebro que se encarga de regir cada una de las funciones del organismo que tenga relación con lo hormonal. Estos cambios se dan primero en las niñas.
Hace pocos años que los bioquímicos lograron determinar los neurotransmisores (sustancias que conectan las neuronas), esos que participan del proceso madurativo de la pubertad. Un grupo reducido de las neurohormonas participan, las GnRH, ellas cumplen un papel esencial en esta etapa de maduración. Estas hormonas marcan el estreno de la pubertad, generando la secreción de la hormona liberadora de la gonadotrofina, es una hormona activadora que nos da impulsos, esto nos explica sus conductas temerarias y las alteraciones del sueño. Esta pone en marcha una serie de procesos que estimulan el desarrollo de los ovarios, o en caso masculino de los testículos. Este circuito regulador hormonal se inicia intra útero en el feto, y luego permanece inactivo toda la infancia. Los niveles de estrógeno en las hembras regulan la síntesis de Kisspeptina. Los estrógenos son hormonas sexuales eteroideas (derivadas del colesterol) de tipo femenino principalmente producidos por los ovarios, en la placenta durante el embarazo y, en menores cantidades por las glándulas adrenales (las que suben la tensión arterial, la presión). La Dra. Sarah-Jayne Blakmore, profesora británica y experta mundial en cerebros de los jóvenes, señala que: “Se han logrado medir estos cambios cerebrales con resonancia magnética y sabemos que existe un aumento importante en el tamaño de la sustancia blanca cerebral y de los cuerpos celulares de las neuronas de la sustancia gris”. Es decir, que en este periodo púber el cerebro experimenta un crecimiento my rápido de las conexiones neuronales, lo que se denomina olas de “sinaptogénesis”, pero luego en la juventud temprana hay una “poda” de las neuronas, se eliminan muchas hasta llegar a la definitiva estabilización neuronal en el cerebro. En la adolescencia, la corteza cerebral orbitofrontal (funciones ejecutivas de la personalidad) arriba mencionada, todavía no se habría conformado totalmente, lo que estaría explicando el comportamiento propio de esta etapa de la vida. Recomendamos su libro “The learning brain” (lecciones para la educación).
Cada vez se conocen más datos que hablan de que el cerebro integra informaciones diversas para que la pubertad se inicie y se desarrolle por completo. Mi preciosa nieta que nació “ayer”, ya pasó a Babeque secundaria, convertida en una adorable adolescente.