El cerebro digital

El cerebro digital

El “Cerebro Digital”, es una obra del Dr. Gary Small, uno de los neurobiólogos más importante de los Estado Unidos, la cual recibí con una amable dedicatoria de parte de la Primera Dama de la República, la Dra. Margarita Cedeño Lizardo de Fernández, presente que deseo agradecerle públicamente, pues su gentileza me ha permitido disfrutar de unas gratificantes horas de lectura, pues ha sido una de esas obras que usted vuelve en su lectura a disfrutarla como por primera vez.

Tuve la oportunidad de agradecerle personalmente el obsequio y hablamos sobre una conferencia que yo había dictado sobre los zurdos, invitado precisamente por su Despacho, sobre la preeminencia cerebral, las condiciones de ser izquierdos, y las manifestaciones cerebrales de la llamada lateralización cerebral. Para mí fue muy grato, en razón de que ella estaba interesada, conocía sobre el tema y fue una de las razones del apreciado obsequio recibido.

“La cultura avanza en lomos de la tecnología”, palabras de Andrea Goldsmith, Presidenta de la Sociedad de la Información del Instituto de Electricidad norteamericano. En verdad vivimos la era digital, revolución que nos ha cambiado la forma de pensamiento y esa es la muy completa revisión que hace el Dr. Small en su obra, y que deseo compartir con los ambles lectores que me dispensan semanalmente su atención, lo que yo agradezco. Hoy no nos imaginamos la vida sin automatización, por lo que de manera obligada el cerebro ha tenido que hacer ajustes hacia la tecnología de avanzada, para adaptarse a los rápidos e indetenibles cambios de la modernidad. El mío no muy –digital-, en ocasiones se “enlentece” ante las demandas que exigen los tiempos actuales y encontré en el libro leído muchas de las explicaciones a mi “modorra” cibernética, y acepto que a veces me “enchivo” con el ordenador, o con el bibi.

El esclarecimiento, es que el cerebro con el paso de los años va perdiendo plasticidad, que es la capacidad de adaptarse a los estímulos, y no osaría compararme yo al aforo que tienen mis hijos en el mundo de la tecnología, ya hasta la nieta participa en ese cosmos, pero como ser racional que soy, hago todo los esfuerzos por adecuarme en la medida de mis posibilidades a los cambios de esa modernidad.

Está demostrado que una hora frente al ordenador produce importantes cambios en las conexiones neuronales; imaginemos las numerosas variaciones cuando los más jóvenes hoy pasan muchísimas horas al día en su uso. Cito al autor: “Aunque la exposición al entorno digital parezca ejercer un impacto muy sutil, sus efectos estructurales y funcionales son profundos. Conforme el cerebro  traslada su foco hacia nuevas habilidades, se aleja de las capacidades sociales fundamentales. ¿Estamos criando una generación de jóvenes incapaz de aprender, recordar, sentir o controlar impulsos? ¿O los “nativos digitales” desarrollarán nuevas habilidades que los facultarán para increíbles logros?”.

En nuestro caso particular, en mi condición de Neurólogo, estas preguntas me las he hecho anteriormente, pues he sido testigo de las largas horas de “abstracción” cuando están inmersos  usando la computadora, se olvidan del mundanal ruido, o cuando en los grupos sociales, muchos jóvenes en lugar de interactuar con los presentes, hacen un –enajenamiento- usando sus dedos “bíbicos”. El tema es amplio, con numerosas aristas, lo que me obliga a próximas entregas.

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