El cerebro hetero y homosexual

El cerebro hetero y homosexual

Investigaciones de principios del pasado siglo con Alfred Jost de la Universidad de John Hopkins a la cabeza, demostraron en animales que los machos necesitaban de las secreciones testiculares para su diferenciación, en tanto que las hembras no precisan de acción hormonal alguna.

El pasado domingo enfatizamos que somos muy respetuosos de las preferencias particulares sobre la sexualidad individual. En el 1968 Gunter Dorner y su equipo encontraron la existencia de dimorfismo sexual en las regiones neurales que tienen que ver con la sexualidad en el humano: áreas pre-óptica, hipotalámica y amígdalas cerebrales, donde placer, comportamiento y eje endocrinológico se interrelacionan estrechamente en el cerebro,  estas averiguaciones son predominantemente en animales de investigación.

A través de los siglos se ha tratado de darle al cerebro humano explicaciones simplistas en cuanto a su conducta y las enfermedades, no sin razón existieron los que intentaron explicar estos complejos fenómenos conductuales y sociales en puras bases anatómicas tales como los frenologistas europeos del siglo XIX, o aquellos que apoyaron al Dr. Cesare Lombroso, médico y criminalista italiano (1853-1909) autor de la teoría que consideraba los criminales como  enfermos, con rostros particulares y definidos.

Hoy en la modernidad debemos reconocer que la conducta humana es una complejidad donde los factores genéticos, ambientales y de educación participan de manera equilibrada, y las preferencias sexuales son sólo unas de las tantas expresiones de esa maraña del cerebro y el “alma” humana.

Se publicó en el número de mayo de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences una investigación dirigida por los neurobiólogos suecos Ivanka Savic y Per Lindstrom, del Instituto de Karolinska de Estocolmo. La exploración realizada en 90 hombres y mujeres mediante el uso de la Tomografía de Emisión con Positrón  y la Resonancia Magnética Nuclear, señalando sus autores que el cerebro de los homosexuales tiene similitudes morfológicas con el de las mujeres y que el de las lesbianas se parece al de los varones heterosexuales.

Varias son las diferencias planteadas, una de ellas es que los varones heterosexuales y las  lesbianas tienen un cerebro asimétrico anatómicamente. Por otra parte afirman que el cerebro de los hombres gays se parece en simetría al de las mujeres heterosexuales. Otro de los encuentros fue referente a las amígdalas cerebrales, que son unas  “almendras” situadas en la profundidad de nuestros cerebros, y que tienen relación con los instintos más  primarios del humano, y sólo es controlada por la corteza cerebral pre-frontal, establecieron los investigadores correspondencias en el funcionamiento neuronal de estas áreas en igual relación del cerebro de hombres gays y mujeres lesbianas con su contrapartida respectiva de mujeres y hombres heterosexuales.

Este mismo equipo en el 2006 había demostrado cómo de manera diferente actuaban los hemisferios cerebrales de los homosexuales y de los heterosexuales, utilizando en la ocasión pruebas de convicción y estudios psicológicos asociados por igual a la moderna neuroradiología. Otro de los encuentros reportados en la investigación de este año es el funcionamiento diferente de las “feromonas”, que son sustancias sexuales que segregan los animales y son percibidas por el órgano vomeronasal, que aunque en el humano no está  tan desarrollado como en otras especies animales, las procesamos en nuestro complejo sistema olfatorio, actuando de igual forma como estímulos sexuales y con gran participación en la acción de las preferencias sexuales.

En la publicación señalan iguales similitudes como las  anteriormente mencionadas en dichos cerebros, enfatizando que las lesbianas responden de modo diferente a estos estímulos  olfatorios que las demás mujeres heterosexuales.  Como  en toda investigación científica controversial están las críticas: que trata un universo muy pequeño,  que sólo valora edad promedio de unos 30 años, no es un estudio aleatorio, no se comparan otras preferencias como los bisexuales, etc. Las discusiones, sobre esta muy polémica publicación sabemos serán numerosas. Es el inicio de una serie de investigaciones que se están llevando a cabo en el mundo científico.

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